Andrés y Enrique fueron los únicos de la familia real británica sin uniforme militar en el cortejo fúnebre de la reina Isabel II, desde Buckingham hasta Westminster. Ambos fueron despojados de él por diferentes razones.
A la cabeza del cortejo fúnebre que ayer por la tarde recorrió las calles de Londres, en un recuerdo de lo que fue el de Diana de Gales, Andrés fue el único de los cuatro hijos de la reina que vestía de chaqué. Fue despojado del uniforme militar cuando se vio salpicado por un escándalo de abusos sexuales con una menor. Ese por el que estos días ha tenido que escuchar cómo algunas personas le increpaban en los distintos actos fúnebres.
Enrique, el hijo menor del rey Carlos III, iba junto a su hermano, el príncipe de Gales, también de chaqué porque también fue despojado del uniforme militar cuando renunció voluntariamente a todas sus tareas reales. Paradójicamente, los dos únicos miembros de la familia real británica que han servido en combate están despojados de uniforme militar.
El féretro de Isabel Segunda cubierto con el estandarte real de Inglaterra y la corona imperial salió ayer del palacio de Buckingham hacia Westminster Hall.
Sobre un armón de artillería tirado por seis caballos, el cortejo fúnebre hizo dos kilómetros en 40 minutos, según lo previsto. A la cabeza los cuatro hijos de la reina. El rey Carlos, la princesa Ana y el príncipe Eduardo y el príncipe Andrés.
Tras ellos han caminado juntos los hijos del soberano. Guillermo, el príncipe de Gales y su hermano Enrique. Todos han sido arropados por miles de británicos y personas de todas las nacionalidades que acudían a dar su último adiós a la reina.
Ya en el salón del Parlamento, donde los ciudadanos velarán a su reina, se ha reunido la Familia Real. La reina consorte Camila y la princesa Catalina y su cuñada Meghan Markle, duquesa de Sussex que han aparcado sus diferencias para la ocasión. Todas de riguroso luto.