Los nuevos reyes de Inglaterra siguen recogiendo el cariño de las instituciones británicas. Hoy, despliegue de pompa y boato en la Abadía de Westminster, donde los lores y los comunes les han mostrado su respeto. Desde allí, Carlos III y Camilla han partido hacia Edimburgo para unirse al cortejo fúnebre que sigue despidiendo a la reina.
Imposible encontrar un buen sitio entre la multitud. Los más madrugadores han llegado al alba. Algunos incluso han pasado la noche acampados. La larga cola frente a la catedral de Edimburgo es ya kilométrica. La devoción por la Reina está por encima de todo. Al menos a Isabel II se la quiere, por encima de las aspiraciones independentistas de Escocia. Al menos hoy y vestido con el tradicional tartán, un escocés dice nos muestra que hasta la cúpula de la catedral tiene forma de corona.
Algunos han llegado de muchas otras zonas del Reino Unido. La mayoría de los escoceses aprecian el cariño de la Reina por Escocia. El rey, que ya se encuentra, en la región, liderará el cortejo fúnebre hasta la catedral de Edimburgo para que el público pueda rendirle tributo.
El rey Carlos III encabeza a pie la comitiva de la familia real que acompaña al féretro de Isabel II entre el palacio de Holyrood y la catedral de St. Giles, a primera hora de la tarde del lunes. El monarca ha caminado detrás de coche fúnebre con los restos mortales de su madre y recorrerá la milla real de Edimburgo arropado por sus tres hermanos, Andrés, Eduardo y Ana, y por su esposo, el almirante Tim Laurence.
Camilla, la reina consorte ha ido en coche detrás, al igual que el resto de los miembros de la familia real, que asisten a una ceremonia religiosa en la catedral de la capital escocesa.
Como Rey Carlos III ha llegado por primera vez al Parlamento. Dentro le esperan casi un millar de personas de negro riguroso. Las trompetas anuncian su llegada. Todos en pie. La reina consorte, siempre medio paso por detrás. Caminan por donde tantas veces pisó su madre, el lugar más antiguo de Westminster con casi 10 siglos. Los Portavoces de las Cámaras de los Comunes y Lores aguardan a mostrar sus condolencias acto sin salida. Le recalcan la pérdida sentida en todo el mundo. Alaban la humildad, integridad, coraje y amabilidad de Isabel II.
Carlos III también reconoce la impronta de su madre. "El Parlamento es el instrumento vivo y palpitante de nuestra democracia", ha dicho Carlos III, que ha observado que las conexiones con su "querida y difunta madre" se ven por todas partes del majestuoso edificio, desde la fuente del Jubileo de Plata hasta el reloj de sol en Old Palace Yard que marca su Jubileo de Oro.
"Nos reunimos hoy para recordar la notable duración del servicio dedicado de la reina a sus naciones y pueblos. Siendo muy joven, su difunta Majestad se comprometió a servir a su país y a su pueblo y a mantener los principios del gobierno constitucional que constituyen el corazón de nuestra nación", ha añadido el rey.
“Estoy profundamente agradecido por los mensajes de pésame expresados por la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores que nos acompañan e intentan expresar el dolor que sentimos por la muerte de nuestra difunta madre. La reina Isabel era un ejemplo inspirador”. Es la primera vez que el monarca se dirige a los parlamentarios británicos como rey.
“Siento el peso de la historia que nos rodea y nos recuerda la importancia de las tradiciones parlamentarias a las que se dedican los miembros de las dos cámaras con tanto compromiso. El Parlamento es el instrumento vivo de nuestra democracia, de nuestras tradiciones”, ha valorado el monarca.
“Siendo muy joven, la reina prometió servir a su pueblo y mantener los principios del Gobierno constitucional. Ella lo hizo con un profundo sentimiento y cumplió este compromiso con devoción y convicción. Fue un ejemplo de dedicación altruista que, espero con la ayuda de sus señorías, poder seguir con determinación y fidelidad”, ha dicho Carlos III para concluir.