El féretro con los restos mortales de la reina Isabel II ha partido este domingo en torno a las 10.00 (una hora más en la España peninsular) del castillo de Balmoral, en el inicio de un viaje de unas seis horas hasta Edimburgo. Allí ya se preparan para el velatorio en el palacio de Holyrood.
El cortejo fúnebre, en el que participa la princesa Ana, hija de la difunta reina, recorrerá más de 280 kilómetros y pasará por las localidades de Aberdeenshire, Aberdeen, Angus y Tayside antes de llegar a la capital de Escocia.
Una vez llegue a Edimburgo, se habilitará una capilla ardiente en el Salón del Trono del palacio de Holyrood, la principal residencia de la monarquía en Escocia. Ya el lunes, tendrá lugar una misa en la catedral de San Gil a la que asistirá el nuevo rey, Carlos III.
Edimburgo ha amanecido este domingo con un importante despliegue de seguridad y, durante la noche, se han realizado simulacros en para ultimar todos los detalles del cortejo fúnebre, que previsiblemente atraerá a un gran número de ciudadanos, según la radiotelevisión pública BBC.
El cortejo fúnebre con los restos mortales de la reina Isabel II continúa su recorrido por Escocia para llegar a Edimburgo, la capital de la región, tras pasar por las localidades de Ballater y Aberdeen.
A lo largo de este trayecto de unos 200 kilómetros, miles de personas se congregaron en estos lugares para dar el último adiós a la soberana, que pasaba los veranos en el castillo de Balmoral.
En Edimburgo, en la avenida Royal Mile, en el centro histórico de la ciudad, una gran cantidad de personas se han dado ya cita para ver de cerca la llegada del coche fúnebre con el ataúd de Isabel II, cubierto con el estandarte real y una corona de flores, recogidas especialmente de los jardines de Balmoral.
A la espera de la entrada del féretro en Holyroodhouse, la residencia real en Edimburgo, Carlos III fue proclamado aquí rey en una colorida ceremonia ante el monumento conocido como la Cruz del Mercadillo, próximo a la catedral de St. Giles.