Como estipulaba el minucioso plan tras la muerte de la reina, los restos mortales de la reina Isabel II continúan en su residencia de Balmoral, en Escocia, donde falleció. No se espera que sea hasta mañana cuando sean trasladados hasta Edimburgo en el marco de la Operation Unicorn.
En Escocia, hasta los independentistas más acérrimos hablan bien de Isabel II. Es una figura querida y respetada, y por eso no sorprende ver la bandera británica en pleno corazón de Escocia.
Incluso después de haber triunfado su ruptura con el Reino Unido, Escocia era la preferida para ser su jefa de Estado, como otros países de la Commonwealth. De hecho, muchos ciudadanos reconocen que la reina ha ayudado a mantener el país unido.
En Edimburgo, ya se prepara la catedral de Saint Giles, el primer lugar donde los británicos podrán presentar sus respetos a la reina de cuerpo presente. Un velatorio de 24 horas que incluirá una misa por la monarca. Ahí acudirá la familia real, con Carlos III a la cabeza, en el que va a ser su primer y forzoso viaje oficial.
Mañana, desde Balmoral, el féretro se trasladará al palacio de Holyrood, residencia oficial de la Casa Real en Edimburgo, donde reposarán sus restos antes de partir en procesión hasta el templo y que se ha convertido ya en lugar de peregrinación para los que han querido mostrar sus condolencias.
Este domingo, su ataúd se ubicará en la iglesia, donde se celebrará un servicio por la monarca. Está previsto que a esa ceremonia acuda la familia real, con el nuevo rey a la cabeza, para velar también a Isabel II.