{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Nueva tragedia y polémica en Estados Unidos por el uso de las armas y el derecho a la legítima defensa con un arma de fuego; una cuestión que no deja de dividir a la sociedad y que también ha generado la disparidad de opinión entre los vecinos del condado de Shelby, Ohio, donde un padre acabó con la vida del exnovio de su hija después de que éste intentase entrar en la casa de la familia forzando la puerta.
El suceso, que tuvo lugar en la ciudad estadounidense de Sidney, el 31 de julio, terminó con la muerte de James Rayl, de solo 22 años. El padre de su exnovia, Mitch Duckro, le mató disparándole hasta tres veces con su arma.
La cámara de seguridad instalada en la vivienda registró toda la secuencia en un vídeo que ha visto la luz ahora y que no ha dejado de compartirse a través de las redes sociales entre opiniones diversas sobre lo sucedido. En un primer momento, se aprecia cómo Rayl llama a la puerta y se queda esperando durante casi 30 segundos. Después, directamente intenta forzarla, llegando a golpearla mientras desde el interior se escuchan gritos. Le advierten que se marche, e incluso el padre de su exnovia le dice que está armado. Sin embargo, Rayl no depone su actitud en su empeño de entrar en el domicilio, tras lo cual un minuto y diez segundos después de que iniciase el clip de vídeo que registró la escena, abrió fuego contra él.
Tras el primer disparo, que desata los gritos en el lugar, y ya con Rayl retrocediendo, llegan otros dos inmediatamente, lo que deja al joven gravemente herido, abandonando vagamente el lugar, doblando una esquina y cayendo al suelo apenas unos metros después.
Como informa Sidney Daily News citando al informe policial, Ryal fue declarado muerto allí mismo. Sufrió, según la autopsia que se le practicó, dos heridas de bala en los hombros y una herida fatal en la espalda.
En un audio sobre una llamada al teléfono de emergencias 911, obtenido por WHIO-TV7, se escucha a una mujer, –la hija de Duckro–, diciéndole a su padre que Rayl está tratando de derribar la puerta: “Papá, ¿está tratando de matarme?”, se escucha.
Tras ello, llegan los disparos, mientras nuevamente se escucha a la joven decir: “Papá, no hay nada que pudieras haber hecho, me salvaste la vida”.
Tras lo sucedido, el jurado del condado de Shelby encargado de revisar el caso resolvió, por 8 votos a favor y solo uno en contra, que Duckro no debía ser acusado de cargos relacionados con el asesinato de Rayl, amparándose para ello en una nueva ley de Ohio denominada ‘Stand Your Ground’ (defender tu posición), según la cual ya no es necesario intentar alejarse o retirarse antes de disparar un arma en público cuando se está en una vivienda o en el propio vehículo, por lo que, teóricamente si así lo estimaban, esta normativa podía jugar en su favor, tal como ha sucedido.
La familia de Ryal, por su parte, clama justicia y denuncia que no ha habido una investigación rigurosa sobre lo sucedido. Señalan que la reacción de Duckro fue completamente desmedida, y que no había necesidad de efectuar hasta tres disparos.
“Mitch le disparó por la espalda y lo mató”, denuncia la hermana del joven, que ha abierto un canal de YouTube y una página en Facebook para reclamara que la policía siga examinando lo sucedido.
“Espero que tus días sean los más miserables que nunca has tenido. Eres una vergüenza de ser humano, junto con tu hija”, ha subrayado, en referencia a Mitch Ducrko y la exnovia de su hermano.
Según WHIO, fue un vecino, testigo de los hechos, el que acudió a auxiliar a Rayl después de recibir los disparos, mientras la familia de Duckro se negaba a prestarle cualquier tipo de asistencia. En su opinión, el informe del incidente sobre el tiroteo es erróneo, así como la actitud de este último. “Si entró en la casa, ¿por qué disparo a través de la puerta?, se pregunta el vecino, identificado como Jeff Hereford, quien asegura que lo vio todo.
Otra vecina, por su parte, reflejando la división de opiniones sobre lo ocurrido, señala que Duckro estaba en todo su derecho de disparar el arma.