En Ucrania, la preocupación sigue en torno a la central nuclear de Zaporiya. No solo por los ataques, de los que Rusia y Ucrania se acusan mutuamente, sino también por el riesgo de un accidente radioactivo por el propio funcionamiento de la instalación. Una semana se han dado de plazo los supervisores del Organismo Internacional de la Energía Atómica para visitarla.
En este impás, el reportero de 'Informativos Telecinco', Marcos Méndez, ha podido entra en una zona restringida, que ahora mismo es como tierra de nadie. En esa zona, los ciudadanos ucranianos que quieren pasar a la zona controlada por Rusia deben obtener un permiso. Una vez que han entrado en la zona, les es muy difícil regresar a la zona ucraniana ya que son sospechosos de trabajar como espías rusos.
Por su parte, Rusia tampoco se lo pone fácil a estos ciudadanos. Para conseguir el pase para poder entrar en la zona rusa, las autoridades inspeccionan minuciosamente las identidades y los motivos que llevan a esos ciudadanos a querer entrar. Algunos de ellos se pueden pasar semanas esperando la aprobación de los militares rusos para poder entrar en la zona.
Un ejemplo es el de Valentina. Esta mujer ucraniana perdió su casa y todas sus pertenencias en uno de los bombardeos. Tan solo tiene una caja de medicinas y una bolsa con poca ropa. Por eso, quiere pasar hasta la zona controlada por el ejército ruso ya que allí viven sus dos hijos y su nieto. "Dice que ya le da igual que le llamen separatista", comenta Marcos Méndez a 'Informativos Telecinco'.