Las redes están llenas de vídeos de jóvenes cumpliendo retos virales muy peligrosos, como el que le ha costado la vida al pequeño Archie. En Internet podemos ver retos de todo tipo: desde ingerir sustancias peligrosas, a golpearse con objetos o agredir a desconocidos. Los psicólogos explican que los jóvenes tratan así de obtener reconocimiento social, pero arriesgan su vida y la de los demás con estos absurdos desafíos.
En la Red existen retos tan disparatados como mortales, como comerse un cactus o pastillas de detergente. Muchos de los participantes en estos retos virales son niños, por lo que su sentido del riesgo es mucho menor. Así lo confirma Silvia Álava, doctora en Psicología: “En la adolescencia, la zona del cerebro del lóbulo profrontal, que es la que tiene que medir el peligro, no está todavía madura”.
Además, los jóvenes buscan el reconocimiento social, los ‘likes’, la aceptación del grupo. Para conseguirlo son capaces de colgarse con mesa incluida en una percha, tirar al aire objetos peligrosos para golpearse cuando caen o incluso chupar tapas de water para desafiar al covid.
Arriesgan su propia integridad física y la ajena. En Internet también hay verdaderas agresiones, como la caza al pijo: abordar a un joven y sin razón alguna pegarle. Otro famoso reto, el de la ballena azul, también acabó en tragedia: los niños cada día cumplían un desafío autolesivo que terminó con varios chicos muertos.
Pero, ¿qué pueden hacer los padres? Los psicólogos recomiendan estar atentos al uso de las redes, aunque prohibir no es el camino, como aclara Silvia Álava: “Basta que lo prohíban, ¿para qué? Para que se haga muchísimo más atractivo. Por tanto, será más interesante sentarnos con ellos: ‘A ti este reto qué es lo que te aporta. Realmente, ¿no podrías conseguir sentirte parte del grupo haciendo otro tipo de cosas?’”, informa.
Puestos a participar en retos, podemos intentar orientarles hacia los solidarios: retos contra la obesidad, contra el cáncer. Otros modos de hacer retos virales que sean divertidos y no mortales.