El incendio McKinney que está asolando el norte de california es el mayor incendio forestal en la zona en lo que va de año. Este está tiñendo el cielo de naranja, acompañado de propiedades en ruinas con una gran capa de cenizas.
Este es el paisaje con el que se encuentran los más de 200 habitantes de Klamath River, dónde la mayoría de las casas y negocios se han reducido a cenizas y varios miles de personas en la región siguen bajo órdenes de evacuación. Además, al menos cuatro personas han muerto.
Algunos habitantes de la localidad están buscando entre los escombros algo de lo que fue su hogar. Roger Derry, de 80 años, y su hijo han vivido juntos en Klamath River durante más de 40 años y se encuentran entre las pocas familias cuyos hogares se salvaron del infierno.
"Es muy triste. Es muy desalentador”, dijo Derry. “Algunas de nuestras casas más antiguas, casas de 100 años, ya no están. Es una pequeña comunidad. Buena gente, en su mayor parte, vive aquí y con el tiempo se reconstruirá. Pero va a tomar algún tiempo”.
Derry y su hijo se negaron a abandonar su casa cuando comenzó el incendio e intentaron salvaguardar su hogar cortando los arbustos cercanos para evitar la propagación del fuego en la zona.
“Cuando el fuego llegó a la línea de cresta, tenía llamas de 30 metros durante 8 kilómetros y soplaba muy fuerte el viento. Estaba cayendo como un soplete sólido”, dijo Roger Derry. “No había nada que lo detuviera”.
El incendio destruyó la mayoría de las casas, incluidas las de un parque de caravanas, junto con la oficina de correos, el salón comunitario y otros negocios dispersos.
El incendio está situado cerca de la frontera entre California y Oregón, y es el mayor de varios incendios forestales que arden en el bosque nacional Klamath. Los bomberos llevan luchando desde que se proclamó el fuego el pasado domingo para salvar las casas de los vecinos, usando excavadoras para crear cortafuegos e impedir que el fuego llegue a las casas y edificios.
Cuando comenzó, el incendio de McKinney, los bomberos pensaron que lo controlarían rápidamente. Pero entonces, una fuerte tormenta entró con feroces ráfagas de viento que en cuestión de horas la habían extendido el fuego de una manera imparable.
Los científicos han dicho que el cambio climático ha hecho que el oeste sea más cálido y seco durante las últimas tres décadas y seguirá haciendo que el clima sea más extremo y que los incendios forestales sean más frecuentes y destructivos.
En el noroeste de Montana, un incendio que comenzó el viernes cerca de la ciudad de Elmo en la Reserva India Flathead había quemado algunas estructuras, pero las autoridades dijeron que no sabían de inmediato si alguna era una casa. El incendio llegó a alcanzar los 66 kilómetros cuadrados. Algunos residentes se vieron obligados a abandonar sus hogares el lunes cuando las ráfagas de viento de la tarde avivaron el incendio.
El incendio de Moose en Idaho ha quemado más de 220 kilómetros cuadrados en el bosque nacional Salmon-Challis mientras amenaza hogares, operaciones mineras y pesquerías cerca de la ciudad de Salmon. Estaba contenido en un 23% el martes, según el Centro Nacional de Coordinación Interinstitucional.
Y un incendio forestal en el noroeste de Nebraska provocó evacuaciones y destruyó varias casas cerca de la pequeña ciudad de Gering. El incendio de Carter Canyon comenzó el sábado como dos incendios separados que se fusionaron. Hasta el miércoles, los equipos de bomberos habían logrado un buen progreso por sofocar el incendio, que estaba contenido en un 85%. Los equipos esperaban que las tormentas del martes trajeran fuertes lluvias para ayudar a apagar las llamas, pero Bohall dijo que en el área solo hubo lluvias ligeras y rayos que provocaron dos incendios adicionales.