Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, ha aterrizado en Taiwán ignorando así las reiteradas advertencias de China, que considera la isla como una parte irrenunciable de su territorio y había prometido una respuesta con consecuencias que podrían ser desastrosas si la estadounidense efectuaba una parada en la región en el marco de la gira asiática que está realizando. No en vano, las imágenes de la movilización de tropas y tanques en medio de los bañistas en la playa de Fujian, en la costa frente a Taiwán, dan cuenta de la escalada de tensión bélica en estos momentos. Y todo mientras en Ucrania continúan la devastación y las muertes provocadas por la invasión rusa y la ambición de Vladímir Putin, quien precisamente tiene una conexión especial con Pekín que no gusta a EEUU.
El presidente chino, Xi Jinping, había avisado a Joe Biden, su homólogo en Estados Unidos, que “quien juega con fuego se quema”, pero la Casa Blanca, a través del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, ya este lunes había manifestado que Pelosi "tiene el derecho" a viajar a Taiwán si así lo quiere, y así lo ha hecho pese a toda advertencia.
"Nuestra responsabilidad es asegurarnos de que ella y su equipo tengan toda la información que necesitan. Y mantenemos esa línea de comunicación a lo largo de un viaje como deberíamos, por supuesto, es un requisito. Pero la presidenta y su personal que la asesora toman la decisión" dijo Kirby, asegurando que contaría con toda la protección para que fuese un viaje seguro.
En estas circunstancias, Nancy Pelosi ha aterrizado en el aeropuerto de Songshan, en Taipéi, a las 22:44 hora local, es decir, a las 16:44 hora española, rompiendo con algo que China mantenía escrupulosamente: mantener aislada a Taiwán también diplomáticamente. Tanto es así que en los últimos 25 años ningún alto representante estadounidense había hecho acto de presencia. Por ello, China interpretaba este movimiento desde el primer momento como muy grave, advirtiendo de una respuesta que incluso ha disparado las alarmas en Taiwán, desde donde temen que las amenazas definitivamente se conviertan en un ataque efectivo. La movilización de tropas no ayuda, y la retórica de tensión bélica tampoco. Por eso, en la isla incluso han realizado simulacros donde las sirenas han resonado para que la población acudiese a los refugios antiaéreos.
Además, tras despegar de Malasia y antes de que se materializase el aterrizaje de Pelosi en Taiwán, se emitía una amenaza de bomba en el aeropuerto, lo que obligaba a incrementar todavía más la seguridad a la espera de la estadounidense.
Su visita, de hecho, había permanecido fuera de su itinerario público hasta el último momento, lo que ha avivado la incertidumbre, mientras los Ejércitos chino y taiwanés han incrementado sus movimientos. Tras su visita, se aguarda a la respuesta china tras prometer medidas “contundentes”. La isla cuenta con el apoyo de EEUU y la Unión Europea, pero para los de Xi Jinping es su provincia rebelde, y es irrenunciable.
"Viajando a Taiwán honramos nuestro compromiso con la democracia: reafirmamos que la libertad de Taiwán, y de todas las democracias, deben ser respetadas", ha subrayado Pelosi en Twitter, donde ha compartido un artículo explicativo en Washington Post.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de China ha convocado "urgentemente" al embajador estadounidense en Pekín, Nicholas Burns, tras la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán este mismo martes.
Según el viceministro de Exteriores chino, Xie Feng, Estados Unidos y Pelosi han "jugado con fuego" al viajar finalmente a Taiwán, una visita que no ha sido confirmada hasta que el avión en el que viajaba la funcionaria estadounidense ha tomado tierra en Taipéi.
Así, según recoge la Televisión Central de China (CCTV), la cartera diplomática china presentará ante Burns una serie de "solemnes y fuertes protestas" por lo ocurrido en la jornada de este martes, que desde Pekín se considera como una violación de la soberanía china.
El representante chino ha instado a Estados Unidos a que corrija lo que considera como un error, respecto a los viajes de Pelosi y deje de provocar conflictos respecto al asunto con Taiwán. Desde Pekín se había advertido en repetidas ocasiones que si finalmente Pelosi tomaba tierra en Taiwán, China tomaría medidas "contundentes".
El gigante asiático considera a Taiwán una provincia más bajo su soberanía a pesar del discurso secesionista taiwanés y del apoyo mostrado por Estados Unidos y la Unión Europea.