El mundo ha vivido ya cinco meses de barbarie en Ucrania; más de 150 días de muerte, destrucción y devastación provocada por la invasión rusa impulsada por Vladímir Putin, que no cesa en sus pretensiones de hacerse con el territorio ucraniano marcado como objetivo. Día a día, se suceden las imágenes estremecedoras de los ataques, y pese a todo ello, todo el dolor ocasionado no parece tampoco ser suficiente para frenar los tambores de guerra en otros puntos del planeta, donde la tensión bélica también permanece presente, acrecentándose en lugar de disipándose. Es el caso de China con Taiwán, que no deja de maniobrar en el sureste del país, en las costas frente a la isla, al tiempo en que persiste en su intención de anexionarla al considerarla parte irrenunciable de su territorio.
La situación es tal que la gira asiática iniciada por Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que aterrizó este lunes en Singapur, ha disparado todavía más la tensión ante la posibilidad de que haga una parada precisamente en Taiwán, algo que ningún alto representante estadounidense ha hecho en los últimos 25 años, lo cual China interpretaría como un grave movimiento con consecuencias desastrosas. Tanto es así que prometen, de hecho, que tendría respuesta, llegando a advertir el presidente chino, Xi Jinping, a Joe Biden y Estados Unidos que “quien juega con fuego se quema”.
China no se quedará impasible ante esa hipotética visita. Lo dejan claro sus autoridades, y también sus movimientos, con un importante despliegue de tropas y tanques en la playa de Fujian, así como con el envío de un buque destructor frente a Taiwán, donde temen que las reiteradas amenazas se conviertan definitivamente en un ataque a la isla. Tanto es así que en las calles se han realizado simulacros donde suenan las sirenas para entrar en los refugios antiaéreos.
El choque entre China y Estados Unidos también es evidente, prolongándose en el tiempo y escalando también con la guerra de Ucrania, dada la crispación que produce la conexión entre Moscú y Pekín. Muy pendientes de cada movimiento de Nancy Pelosi, tras despegar de Malasia, hoy se ha dado aviso de una amenaza de bomba en el aeropuerto de Taiwán ante los rumores de su posible llegada.
Entre tanto, y a la espera de si la estadounidense hiciese acto de presencia durante la noche, –y pese a las amenazas–, el aeropuerto internacional de Taoyuan ha incrementado la seguridad.