Archie Battersbee no será desconectado de la máquina de soporte vital que le mantiene artificialmente con vida gracias a una orden judicial emitida este viernes por la ONU tras aceptar el recurso de última hora presentado por los padres.
Se trata de la primera victoria de Hollie Dance y Paul Battersbee que desde hace más de tres meses están batallando en los tribunales del Reino Unido para impedir que los médicos del Royal London Hospital en el que está ingresado su hijo de 12 años en coma irreversible lo desconecten de la máquina que lo mantiene vivo.
Durante todo este tiempo el Tribunal Superior de Londres, el Tribunal de Apelaciones y la Corte Suprema se han puesto del lado de los facultativos que aseguran que Archie está cerebralmente muerto. Una resonancia magnética realizada el pasado 31 de mayo certificó esta muerte encefálica, pero la madre se negó a realizar nuevas pruebas a su hijo para confirma su óbito.
A partir de ese momento comenzó una batalla legal entre los padres de Archi que ahora están separados y los responsables del conglomerado hospitalario que gestiona cinco grandes centros sanitarios entre ellos el Royal London Hospital, que reclamó a la justicia autorización para desconectar a Archie.
Este lunes, el Tribunal de Apelaciones, confirmó los peores temores de Hollie y Paul y autorizó a los médicos a desconectar a Archie asegurando que las pruebas médicas certificaban que el adolescente estaba muerto y que lo mejor para él era la desconexión. Los jueces también rechazaron que la familia acudiese a la ONU, pero sí dio un plazo de 48 horas para que lo hiciera ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo (Francia).
La familia apeló a la Corte Suprema, máxima instancia judicial en el Reino Unido, pero sus tres magistrados rechazaron la petición de los padres y no intervinieron en el asunto.
Ante la posibilidad inminente de que Archie fuese desconectado, sus padres desatendieron los mandatos judiciales y presentaron un recurso de última hora ante Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) de la ONU que ahora ha aceptado estudiar su caso.
Mientras esto ocurre, el organismo internacional ha emitido una orden judicial en la que prohíbe la desconexión de Archie en un proceso que puede prolongarse en el tiempo.
La tragedia que vive la familia de Hollie Dance y Paul Battersbee comenzó el pasado 7 de abril cuando se encontraron a su hijo Archie ahorcado en la barandilla de su casa. La madre ha relatado que es posible que estuviese llevando a cabo un reto viral de TikTok conocido como 'Blackout Challenge' y que consiste en aguantar la respiración hasta el desmayo.
Trasladado al hospital, los médicos les aseguraron que Archie no pasaría de esa noche. Un resonancia magnética realizada el 31 de mayo confirmó su muerte cerebral, algo a lo que la familia se ha resistido con la ayuda y asesoramientos judicial de organizaciones cristianas.