La familia del pequeño Alfie Evans, un bebé de 21 meses que padece una enfermedad rara y que lleva en coma durante un año, lleva pelando por intentar salvarle la vida durante meses. Pero ahora, los doctores del Hospital Infantil Alder Hey de Liverpool podrían decidir cuándo desconectarlo.
“Mi hijo ha sido sentenciado a pena de muerte”, ha asegurado Tom Evans, el padre de Alfie, tras conocer la decisión del tribunal. “El sistema ha funcionado en contra de nosotros. No estoy llorando porque sé lo fuerte que está siendo mi hijo. Él es fuerte, se siente cómodo”, ha indicado Tom.
De este modo, el propio padre ha asegurado que continuará luchando, él y su familia, para salvar la vida de su hijo: “Este no es el final. Este es sólo el comienzo”. Fuera del Tribunal había decenas de personas apoyando a Tom y Kate, la madre del bebé que abandonó la sala antes de conocer la decisión.
Mientras, el juez Hayden ha asegurado que ha tomado la decisión con gran tristeza, pero ha agregado que ha llegado a esta conclusión porque “la necesidad de Alfie ahora es de cuidado paliativos de buena calidad”. “Requiere paz, tranquilidad y privacidad para que pueda concluir su vida, una vida que haya sido vivida con dignidad”, ha matizado.
ESTADO DEL PEQUEÑO ALFIE
Alfie Evans, nacido el 9 de mayo de 2016, está en estado semi-vegetativo y tiene una condición neurológica degenerativa que los médicos no han sido capaces de diagnosticar. Además, los médicos que cuidan al pequeño han dicho que continuar dando tratamiento a los 21 meses es “cruel, injusto e inhumano”.
Antes de tomar esta decisión, el juez Hayden analizó la versión de los médicos y visitó a Alfie en el hospital a principios de mes, donde elogió a los padres del pequeño por la fuerza y lucha que muestran. Por ello, y tras analizar todas las posibilidades, el juez ha tomado esta controvertida decisión.