Débora Benjamín, una mujer de 39 años, comenzó padeciendo una conjuntivitis y ha terminado perdiendo la visión. Esta mujer comenzó a tener problemas en la vista después de que un parásito ingresó en su organismo y afectara directamente a sus córneas.
"Tenía un lugar de absceso que era un úlcera corneal en el ojo derecho", narra la mujer. "Este parásito está en el agua, se ve que me lavé la cara y fue a mis ojos", explica. Este parásito necesita un lugar de acceso y en el caso de esta mujer entró por los ojos a través de la herida que sufría en uno de ellos.
Tras las primeras molestias, los médicos se dieron cuenta de la gravedad del asunto. "Tuve una infección muy grande, porque se me hizo una conjuntivitis. Pasó de un ojo al otro y ahí se afectaron los dos. Me dieron medicamentos, eran cada 8 horas", explica. A pesar de los medicamentos, a Débora no se le pasaba el fuerte dolor que sufría en los ojos, según recoge Clarín.
El dolor era tal que finalmente tuvo que echarse unas gotas en los ojos. Al principio este líquido le alivió al dolor, pero poco a poco se fue quedando ciega tras usarlas demasiado: "Al final fueron las gotas lo que me hicieron mal, me quemaron las células madre y perjudicaron gran parte".
Sus córneas se vieron muy afectadas por lo que la única solución de Débora era el trasplante, pero desgraciadamente no funcionó: "Me hicieron cinco trasplantes. Me duraban sólo una semana y después las córneas se ponían opacas, después más blancas, después bultos y ahora ya no distingo colores", lamenta.
La única posibilidad de esta mujer es una prótesis, ya que el trasplante de córneas su cuerpo lo rechaza. El problema de esta solución es su gran coste: "La operación con el trasplante sale a 25.000 dólares más IVA". Por ello, ahora la mujer espera que con la colaboración ciudadana pueda recaudar el dinero que le permita ponerse una prótesis para recuperar su visión.