La secuencia del asesinato de Shinzo Abe, segundo a segundo

La imagen del ex primer ministro japonés, Shinzo Abe, de 67 años, desangrándose en el suelo de una plaza de la localidad de Nara ha dado la vuelta al mundo. Su muerte tras recibir dos disparos por la espalda realizados por un exmilitar ha impactado a la opinión pública sobresaltada por lo inesperado del asesinato y por su retransmisión en directo. 

El político japonés participaba en un mitin electoral en una localidad al oeste del país. Como en cualquier acto, ha saludado a los congregados, apretado manos y reído con los comentarios. Hemos visto a Abe protegerse con una mascarilla en esas distancias cortas, pero desprovisto de ella cuando se ha dirigido a los asistentes. 

La cámaras captan al asesino de Shinzo Abe detrás de él atento a su mitin

Todos parecen atender las palabra del candidato, oyen su discurso, pero hay alguien detrás que cree que ese hombre no merece vivir y se prepara para ajustar cuentas con él.

En un momento dado, sus palabras y los aplausos se han confundido con los disparos. Dos detonaciones certeras alcanzan al político. La primera no parece inmutarle, pero la segunda logra derribarle sobre el asfalto gris y blanco de una calle donde segundos antes explicaba su idea de cómo hacer mejor este mundo.

Ha sido un asesinato en directo y las cámaras que captaban el momento han reaccionado como lo han hecho los testigos, ocultándose para protegerse ante un ataque desconocido y sin identificar.

Tras unos segundos de desconcierto, la retransmisión vuelve a mostrarnos lo que está pasando. Miembros del equipo de seguridad de Shinzo Abe corren y derriban a una persona. Es un hombre con el pelo negro, polo gris y pantalones caqui.

El asesino de Shinzo Abe se llama se llama Tetsuya Yamagami, tiene 41 años y es exmilitar

Lleva una bolsa a modo de bandolera y lo que parece un arma de fabricación casera. Los agentes corren hacia él, lo derriban e inmovilizan sobre el suelo. Se llama Tetsuya Yamagami, tiene 41 años y confiesa que ha disparado a Abe porque el político mantenía vínculos con una organización que repudiaba, aunque no ha dicho cuál.

Mientras Yamagami lucha por liberarse de los agentes de seguridad, a escasos metros, Abe se debate entre la vida y la muerte. Dos balas han impactado en la parte trasera de su cuello y se desangra a borbotones. Los equipos de seguridad tratan de parar la hemorragia pero las heridas son muy graves

Tumbado en el suelo, bocarriba, Abe permanece inmóvil. Aún lleva la chaqueta azul y la camisa blanca con la que minutos antes se presentaba ante su electorado, pero ahora la sangre mancha la pechera y los agentes tratan de recuperarle con las manos en el pecho realizándole maniobras de reanimación para revertir una parada cardiorrespiratoria que anticipa la tragedia que se avecina.

La pérdida de sangre es tan abundante que los médicos deciden trasladarle urgentemente a un hospital. Un helicóptero aterriza cerca y los sanitarios trasladan en camilla a Abe hasta la aeronave donde es introducido. Todo en el hospital está preparado para intentar salvarle la vida.

Durante algunas horas, los médicos luchan contra lo inevitable hasta que a las 10.03 de la mañana hora peninsular española, el expresidente japonés, Shinzo Abe, muere.