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Robert E. Crimo, el joven de 22 años identificado como el autor del tiroteo de Chicago el 4 de julio, en el Día de la Independencia de Estados Unidos, se vistió de mujer para llevar a cabo su ataque, tal como muestran ahora nuevas imágenes del momento en que acometía la masacre.
Lo hizo para pasar desapercibido entre la multitud y se llegó a maquillar, incluso, para cubrir los tatuajes de su cara. Es la última imagen del veinteañero facilitada por la policía. Ahora, se enfrenta a cadena perpetua sin libertad condicional si finalmente es declarado culpable, –como todo indica–, de los siete cargos de asesinato de los que se le acusa. Se cree, de hecho, que preparó la matanza durante semanas.
Ha sido Eirc Rinehart, el fiscal estatal del condado estadounidense de Lake, en Illinois, el que ha anunciado, tras advertir que solicitará al juez encargado del caso la detención del sospechoso “mientras continúa la investigación”, que el castigo será el mayor posible: "Quiero enfatizar que habrá más cargos. Anticipamos docenas de más cargos centrándose en cada una de las víctimas: víctimas con daños psicólogos (y) víctimas con heridas físicas", ha subrayado.
En esa línea, ha manifestado: "Buscaremos la pena máxima contra este delincuente. No porque busquemos venganza, sino porque la Justicia y el proceso de sanación así lo exigen"
Robert E. Crimo mató a siete personas y dejó heridas a más de una treintena tras abrir fuego indiscriminadamente. Disparó más de 70 balas, dejando una nueva tragedia por la que Joe Biden, presidente de EEUU, ha vuelto a insistir en su compromiso con la lucha contra lo que califica de “epidemia” de armas de fuego.
El joven aspirante a rapero, admirador de Donald Trump y amante de las armas, tenía un evidente desequilibro mental. Su tío, en estado de shock, asegura que era retraído y solitario, pero no violento. El día anterior al crimen, sus padres no detectaron nada extraño en su comportamiento, pero Crimo, había colgado vídeos violentos y macabros en sus redes sociales, en los que incluso se reproducían tiroteos en escuelas de niños.
Además, era fan de Lee Harvey Oswald, el asesino de Kennedy, a quien imitó en su ‘modus operandi’, disparando desde una posición elevada.
El joven vivía en un barrio acomodado de Chicago, independizado, pero al lado de su familia. Su padre compitió por conseguir la alcaldía de Highland Park, donde perpetró la matanza. A priori, no parece Robert Crimo un joven de entorno vulnerable.