Al menos 18 personas han muerto y unas 60 han resultado heridas, la mitad de ellas de carácter grave, como consecuencia de un ataque con misiles perpetrado este lunes sobre un centro comercial de la localidad de Kremenchuk, en el centro del país, según el último balance de las autoridades. Podría tratarse de una de las mayores tragedias de la guerra de Ucrania.
"Los rescatistas siguen trabajando en el desescombro", publicó, horas después de la ofensiva, el comandante de la administración regional militar de Poltava, Dimitro Lunin. Del total de heridos reportados, 59, 25 están hospitalizados. El dirigente destacó que el incendio pudo ser sofocado gracias al trabajo de 130 efectivos de los servicios de emergencia. Además, informó del envío de 90 efectivos y 20 vehículos desde Cherkasi, Kirovohrad y la capital, Kiev.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha informado en Telegram de que en el interior de esas instalaciones había más de un millar de personas, lo que anticiparía un alto número de víctimas. Asimismo, ha difundido imágenes del establecimiento en llamas y con un intenso humo como ejemplo de la destrucción. El mandatario ha lamentado que Rusia haya bombardeado de nuevo un enclave sin interés militar de ningún tipo, donde cientos de personas intentaban llevar "una vida normal" al margen del conflicto. "La cantidad de víctimas es imposible de imaginar", ha añadido.
La situación ha sido difícil, pero el fuego no ha extendido. La Policía, la Guardia Nacional y el Ejército han puesto todos sus esfuerzos en las labores de rescate. "El ataque ruso contra el centro comercial Amstor de Kremenchuk no tiene otro objeto que aterrorizar a los ucranianos", ha precisado Dimitro Lunin. "Es un lugar civil al que ucranianos pacíficos vienen a comprar. ¡Está cada vez más claro que el objetivo de Rusia es el genocidio de los ucranianos!", agregó.
Más tarde, las Fuerzas Aéreas de Ucrania han informado de que el ataque ha sido perpetrado con un misil X-22 lanzado desde un bombardero de largo alcance Tu-22 M3. El avión partió de la base de Shaikivka, en la región rusa de Kursk. Un experto en armamento ucraniano, Mijailo Samus, ha señalado que estos misiles fueron diseñados en la Unión Soviética a principios de la década de 1950 y tienen un margen de error de un kilómetro.
"Podría haber impactado en cualquier parte. Son misiles de principios de la década de 1950. Están muy obsoletos y tienen hasta un kilómetro de desviación", ha afirmado en declaraciones a Radio Liberty. Por este motivo, considera que la utilización de este tipo de armas "es terrorismo" porque "el misil X-22 no está diseñado para impactar en un objetivo concreto".
"El uso de estas armas en ciudades y zonas residenciales supone un simple deseo de matar gente", ha reprochado. Un segundo proyectil, también un misil X-22, ha impactado contra un campo de fútbol conocido como Estadio Kremin, ubicado muy cerca del centro comercial.