En Ucrania, Rusia intensifica la ofensiva en el Este con más fuego de morteros y artillería, y más bombardeos. Ataques indiscriminados como el que a punto estuvo de acabar con la vida de un grupo de ucranianos que se bañaban en una playa fluvial de Donestk. Lograron ponerse a salvo y alcanzar la orilla instantes antes de que los proyectiles cayeran a escasos metros de donde estaban.
Menos suerte tuvieron los soldados que sufrieron esta emboscada filmada en directo.
Los soldados ucranianos caminan ajenos a lo que les espera. Una emboscada. Dos de ellos caen fulminados mientras las ametralladoras rusas siguen con fuego a discreción contra él único superviviente que caerá prisionero.
La guerra cuerpo a cuerpo se sigue librando en la ciudad de Severodonetsk. Se trata de una batalla "brutal" para el presiente Zelensky que puede decidir el futuro de la guerra en el Donbás. "La batalla por Severodonetsk es una de las más difíciles desde el comienzo de la invasión rusa a gran escala de Ucrania, y allí se está decidiendo el destino de Donbás", dijo Zelenski en su habitual discurso nocturno.
"Severodonetsk sigue siendo el epicentro de la confrontación en el Donbás. Defendemos nuestras posiciones, infligimos pérdidas significativas al enemigo".
Los combates en el frente son "muy feroces, muy difíciles. Probablemente uno de las más difíciles a lo largo de esta guerra. Estoy agradecido a todos los que defienden esta dirección. En muchos sentidos, el destino de nuestro Donbas se está decidiendo allí", afirmó el presidente ucraniano.
Zelenski critica que los rusos anunciaron "la noticia absolutamente loca de que se están preparando para unir algunos clubes de fútbol de todos los territorios ocupados en un pseudocampeonato: de Donetsk, Lugansk, Kherson, Melitopol, Crimea e incluso parte de Georgia. Sería una burla de los ocupantes para las personas que conocen cómo era antes".
La desolación de este paisaje es lo que queda tras la ocupación rusa de Popasna.
Y cerca de allí, miles de civiles soportan el asedio de la artillería del Kremlin sin escapatoria, como esta mujer que entre lagrimas relata que no puede dejar sola a su madre de 85 años. Malvive como muchos desde hace más de dos meses bajo tierra, en refugios con la angustia de no saber hasta cuándo será su vida así.