El llanto de un niño de 11 años tras se atacado con gases en la final de la Champions: "Pensaba que iba a morir"

La final de la Champions League fue la gran victoria del Real Madrid, pero también la gran derrota de Francia, por la nefasta organización y la falta de seguridad en un evento de tales magnitudes, en el Stade de France. Miles de aficionados del Liverpool se presentaron ante el estadio de París sin entrada o con una falsificación de esta, provocando un gran caos, que terminó con el retraso del inicio del partido y graves incidentes a las puertas del él.

Entre ellos, la decisión tomada por la policía francesa de lanzar gases lacrimógenos para contener la situación. Una medida muy violenta que afectó directamente a las familias que aguardaban a las puertas para ver la esperada final, junto con sus hijos pequeños, quienes se vieron especialmente afectados. Es el caso de un niño de 11 años, llamado Maxwell y aficionado del Liverpool, quien llorando y con los ojos ardiendo por los gases que acababan de lanzar junto a él, temió "morir".

Cuando la policía ataco con gases, el niño "empezó a llorar"

Lo cuenta el padre de Maxwell, Jade Pearce, a DailyMail, donde afirma que ambos estuvieron retenidos fuera del estadio durante dos horas sin poder acceder a él, a pesar de llegar con tiempo para ver el partido y contar con las entradas reglamentarias para disfutarlo en vivo. Después de ese tiempo, recuerda, la policía francesa les atacó con gases lacrimógenos. En ese momento, el niño "empezó a llorar". Asustado y entre lágrimas le confesó a su padre que pensaba que iba a "morir" y que "ya no quiero estar aquí".

El hijo de Carl Clement, Carl, de solo nueve años, también se vió afectado por esta actuación policial, siendo los ojos la parte más afectada. Clement, quien lleva más de 20 años escribiendo la historia del Liverpool y siguiendo sus pasos por Europa. Ambos salían del campo tras el partido y "a medida que nos acercábamos a la policía, podíamos sentir la tensión, eran muy intimidantes y parecía que iban en serio con su chaleco antibalas", recuerda el escritor.

"Mi hijo estaba aterrorizado y el humo le entró en los ojos"

"Los disturbios no fueron causados por fanáticos del Liverpool o fanáticos del Real Madrid, fueron pandillas locales incitando y la policía disparó gases lacrimógenos con un bote que me golpeó en el tobillo", cuenta Clemene. "La fuerza del impacto me tiró al suelo. Mi hijo estaba aterrorizado y el humo le entró en los ojos y nos dejó tosiendo y balbuceando con los ojos llorosos", denuncia con su testimonio.

El miedo se apoderó de todos los espectadores del partido en las puertas del estadio, pero muy especialmente de los más pequeños: “Carl estaba absolutamente aterrorizado. Era como una zona de guerra, la policía parecía querer usar el rociador y el gas. Carl no podía respirar bien y fue una experiencia horrible para él". Una experiencia traumática, en uno de las grandes citas del deporte en Europa, que poco tiene que ver con el espíritu más puro de la deportividad.