El Gobierno subraya que los refugiados procedentes de la guerra de Ucrania y que lleguen con sus mascotas deben comunicarlo a las autoridades "a nivel nacional" --dada la alta incidencia de rabia en aquel país frente a España, declarada libre de dicha enfermedad desde 1978--.
Así consta en una respuesta escrita del Gobierno a la pregunta de Vox respecto a si el Ejecutivo prevé "armonizar los procedimientos" a seguir por los propietarios de animales de compañía a la hora de declarar su situación a los Servicios Veterinarios Oficiales en la comunidad autónoma de destino, principalmente perros, gatos y hurones.
Los refugiados que huyen de la guerra de Rusia contra Ucrania pueden desplazarse con sus mascotas sin la necesidad de solicitar previamente un permiso individual al no ser un estado miembro de la Unión Europea, después de que la Comisión Europea instara a los países, al poco de iniciarse el conflicto el pasado 24 de febrero, a flexibilizar las medidas habituales para facilitar que los desplazados puedan llevar consigo a sus animales sin dificultades.
La Comisión Europea recordó a sus Estados miembro que el reglamento de la UE permite como excepción las condiciones previstas para los desplazamientos de animales de compañía sin ánimo comercial, "en situaciones excepcionales" autorizar el desplazamiento sin ánimo comercial a su territorio aunque no cumplan las condiciones habituales.
De acuerdo con el protocolo publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) el pasado 3 de marzo, Ucrania sigue siendo el único país de Europa donde la rabia está muy extendida entre los animales y las personas, con unos 1.600 casos de rabia anuales de media y donde se han registrado casos esporádicos en humanos a pesar de las medidas de prevención.
Además, dicho protocolo precisa que los ataques a personas por parte de carnívoros domésticos se observaron con mayor frecuencia en la parte oriental de Ucrania, por la alta urbanización de la región y la alta densidad de la población humana. De hecho, según los datos del MAPA, en el último cuarto de siglo se han contabilizado 63 casos de rabia en humanos, provocados por 24 perros y 22 gatos.
Asimismo, reconoce que las lagunas en las medidas de control de la rabia son la falta de coordinación acordada de los vínculos intersectoriales, la falta de esfuerzos significativos para sensibilizar a la población y la falta de financiación de los programas de profilaxis para humanos y animales.
En su respuesta parlamentaria a Vox, el Gobierno subraya que el protocolo de actuación para la llegada de animales procedentes de Ucrania establece que "cualquier administración pública, ya sea de ámbito nacional, autonómico o local, incluyendo los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, las policías autonómicas y municipales, así como cualquier profesional relacionado con la salud pública o la salud animal, informará de inmediato a los Servicios Veterinarios Oficiales de la Comunidad Autónoma de la llegada de un animal de compañía (perro, gato o hurón principalmente) acompañando a refugiados procedentes de Ucrania".
Al respecto de la actuación del Gobierno, asegura que el MAPA ha realizado "todas las gestiones de coordinación necesarias" sobre este protocolo y ha clarificado el flujo de comunicación de la llegada de refugiados que llegan por diferentes vías (centros de atención a refugiados del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Comunidades Autónomas o Servicio de Aduanas, entre otras).
Por otro lado, añade que el MAPA ha elaborado y difundido pósteres informativos en ucraniano, inglés y español en los que se resumen los pasos a seguir y la información de contacto a nivel central y en las CCAA en las que se encuentren y a los que deben dirigirse los refugiados para comunicar su llegada y unos datos mínimos necesarios.
La rabia es una zoonosis vírica producida por un virus de tipo RNA lineal monocatenario de la Familia Rhabdoviridae y del género Lyssaviru. Si bien, el Ejecutivo reconoce que el "riesgo principal" para España de llegada de rabia "sigue siendo en la actualidad" el norte de África, un territorio fuertemente endémico y fuente frecuente de casos importados en Ceuta y Melilla.
El pasado mes de abril, la Federación de Sindicatos de Veterinarios (FESVET) reclamó un plan para mitigar los riesgos para la salud pública por la llegada de animales de un país donde la rabia es endémica.
El colectivo critica que sea el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el proclamado "interlocutor" de la salud pública de forma unilateral que señala a los servicios oficiales veterinarios de las comunidades autónomas de ser los "responsables" de mitigar el riesgo que contempla el plan y de ejecutarlas con otras administraciones competentes, como "entidades privadas o profesionales sanitarios que prestan su colaboración voluntariamente y sin ánimo de lucro".
Los veterinarios advierten de que se está generando un problema de gestión porque aseguran que la mayoría de las comunidades autónomas están "comprometiendo, literalmente a los centros sanitarios veterinarios privados" a los que convierte en "responsables" al volcar en ellos todo el trabajo efectivo de atender a los animales, incluido el de acoger a los animales en cuarentena durante tres meses.
De ese modo, acusan a la administración de transferir al sector veterinario privado una "responsabilidad desmesurada" porque la mayoría de sus empresarios "no pueden asumir" ni el aumento de pólizas de responsabilidad civil, ni los gastos de las medidas específicas de bioseguridad, EPIs, desinfecciones, o el cese temporal de la actividad si se da un positivo en sus instalaciones, además del riesgo que supone para otros animales en la clínica.