Cada vez son más comunes las veces que la princesa Leonor acude a actos oficiales para ejercer su papel como hija de los reyes Felipe y Letizia y, a su vez, como futura reina de España. Eventos, tanto en solitario como en compañía de sus padres, en los que debe saber desenvolverse con soltura, ya no sólo con su conducta, gestos, naturalidad y templanza, también a la hora de pronunciar sus discursos.
El pasado jueves 24 de octubre, la Princesa de Asturias hizo su discurso más personal al recibir la Medalla de Asturias. No se olvidó de sus orígenes, mostrando el el orgullo que siente por su familia materna, natal de Asturias, de su padre, y los recuerdos que comparte con su hermana, la infanta Sofía, en aquellas tierras.
Sin embargo, el experto en expresión oral, educación de la voz y lenguaje gestual, Julio García Gómez, se ha dado cuenta de un detalle -más bien un inconveniente- que ha pasado desapercibido: el motivo por el que, durante su intervención, se queda sin voz. Se debe a la respiración diafragmática.
"La princesa Leonor necesita practicar la respiración diafragmática. En su discurso, hemos observado que se quedaba sin aire en los finales de cada frase", ha observado el experto. "Ha tenido que realizar un esfuerzo especial para poder continuar sin agotarse".
García Gómez sostiene que, bien por nervios o estrés acumulado, "si no respiramos adecuadamente, podemos quedarnos al límite de la proyección de nuestra voz, lo que nos puede producir inseguridad al leer el discurso".
Por ello, el experto en comunicación no verbal le ha ofrecido a la princesa Leonor cinco consejos prácticos para pronunciar su "mejor discurso real".
Primero, "oxigenar con respiración honda antes del discurso". Segundo, dirigir su mirada a los asistentes "para darse fuerza y seguridad". Tercero, "aprovechar comas y puntos" para hacer una pausa breve y tomar aire. Cuarto, gesticular con las manos levemente "para apoyar la expresión oral". Y quinto, procurar hacer alguna frase "fuera de guion" para ganar en "naturalidad y potenciar su expresión". "Si yo fuera su instructor, marcaría estas pautas para que diera el 100 por 100 en su intervención", ha sentenciado.
Lo cierto es que la heredera al trono de España ha reflejado una gran mejoría durante sus discursos, en parte gracias a su madre, la reina Letizia, que le ha sabido inculcar los aspectos clave a la hora de saber dirigirse a los asistentes y captar la atención de quienes la escuchan.
Una evolución que viene desde su primer discurso pronunciado en los Premios Princesa de Asturias en 2019 hasta ahora, cinco años después y a punto de cumplir 19 años.
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