Hace casi nueve meses estalló la noticia de que los reyes Felipe VI y Letizia iban a ser los protagonistas de una sesión de fotos que, pese a que todavía no ha visto la luz, se ha convertido en una de las más esperadas e históricas. Ya no sólo porque Sus Majestades quedarán inmortalizados para celebrar los diez años de reinado de Felipe VI -y su 20º aniversario de boda con la reina-, sino también por la persona que está detrás del objetivo. La mismísima Annie Leibovitz, bautizada como la fotógrafa de las estrellas y la mejor pagada del mundo.

Tal y como se conoció, el 7 de febrero los monarcas españoles posaron para la colección de arte del Banco de España en el Palacio Real, en la que figuran otros royals como el rey Carlos III y los eméritos Juan Carlos y Sofía. Los retratos rondaron los 135.000 euros. Desde entonces, no se ha sabido nada más sobre las instantáneas.

Ni los reyes, ni el Banco de España ni Leibovitz han roto su silencio al respecto, y las imágenes parecen no llegar nunca. Como si se tratara de uno de los grandes secretos mejores guardados. Así, es un misterio averiguar cuando se podrá, de una vez por todas, vislumbrar las capturas.

Se trata de un tiempo más que suficiente para que la sesión ya hubiera visto la luz en comparación con los otros trabajos de la fotógrafa. Basta echar la vista atrás y tener en cuenta las imágenes de la difunta reina Isabel II, publicadas el 21 de abril de 2016, y tomadas por la propia Annie.

Según trasladó el Palacio de Buckingham, se hicieron justo después de Pascua de ese mismo año, es decir, tras el 27 de marzo. No pasó ni un mes entre el momento en el que se pulsó el objetivo de la cámara y en el que se mostraron al mundo entero. En una de ellas, aparecía Isabel II en el salón verde de los apartamentos del Castillo de Windsor junto a sus dos nietos más jóvenes y sus cinco bisnietos. En otra junto a sus cuatro perros, dos corgis y dos dorgies, y en la última junto a su hija, la princesa Ana.

Sin embargo, se desconocen los motivos por los que, en esta ocasión, las capturas no se han publicado. Habrá que seguir esperando para conocer los detalles y contemplar las ilustraciones que, sin duda alguna, serán dignas de admirar y de las más especiales de Leibovitz.

Nacida en Waterbury, Connecticut, el 2 de octubre de 1949 -el otro día cumplió 75 años-, desde joven se enamoró de la cámara y descubrió una nueva manera de contar historias.

Parte de su adolescencia la vivió en Filipinas, donde su padre, Samuel Leibovitz, teniente coronel de las Fuerzas Armadas, fue destinado por la guerra de Vietnam. Allí fue donde el interés por la fotografía nació en Annie. Realizó sus primeros retratos de soldados con heridas de guerra, material fotográfico que le sirvió para conseguir su primer puesto de trabajo en la entonces revista emergente Rolling Stones tras regresar a Estados Unidos en los años setenta.

Apenas tres años después, fue nombrada fotógrafa principal de la publicación. Desde allí, ayudó a definir el estilo visual que hizo famosa a la revista. Leibovitz capturó a las más grandes estrellas del rock, desde Mick Jagger hasta Bob Dylan, en imágenes que revelaban mucho más que simples retratos: desnudaban la esencia de sus personalidades.

Uno de sus trabajos más memorables para Rolling Stone es, sin duda, la última fotografía de John Lennon y Yoko Ono, tomada el mismo día en que Lennon fue asesinado en 1980. En la imagen, Lennon aparece desnudo abrazando a Yoko, una muestra de vulnerabilidad y amor que se ha convertido en un ícono.

Tras su éxito en Rolling Stone, Leibovitz pasó a trabajar para Vanity Fair en la década de los ochenta, donde expandió su estilo y se estableció como una maestra de la fotografía de famosos.

Bajo su lente cientos de figuras han sido inmortalizadas. Whoopi Goldberg, Meryl Streep, Bruce Springsteen, Cristiano Ronaldo junto a Leo Messi, Rafa Nadal junto a Roger Federer, Demi Moore, Oprah Winfrey, Rihanna, Rosalía, Angelina Jolie, Barack Obama, Kamala Harris, Zendaya, Jennifer Lopez, Serena Williams, Leonardo DiCaprio... Una lista interminable de estrellas desde el mundo de la música hasta la realeza, pasando por estrellas de Hollywood y personalidades históricas.

Aunque lo cierto es que, a lo largo de su carrera, Leibovitz ha atravesado momentos personales de lo más difíciles, como la muerte de Susan Sontag.

La escritora Sontag llegó a su vida a finales de la década de los ochenta y su relación siempre fue un secreto a voces, aunque ellas se referían la una a la otra como su amiga. "Éramos dos personas que nos ayudamos mutuamente en nuestras vidas. La palabra más cercana sigue siendo amigo", señaló la fotógrafa a The Guardian en 2006. Tampoco convivieron en el mismo hogar. "Fue un privilegio y un honor compartir la vida con ella. Tuvo un impacto enorme en mí y en mi trabajo. Por dura que fuera, era una persona mágica. Uno no podía evitar amarla. Y yo lo hice por encima de cualquier discrepancia. No he vuelto a estar con nadie", confesó a El País en 2021.

La escritora falleció el 28 de diciembre de 2004 en el hospital Memorial Sloan Kettering de Nueva York, con 71 años, a causa de una leucemia. Sin embargo, Annie no estaba sola para afrontar este duro mazazo. Se convirtió en madre en 2001 de la pequeña Sarah Cameron gracias a la fecundación in vitro. Volvió a la maternidad a los 52 años mediante gestación subrogada con dos gemelas, Susan y Samuelle.

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