El cómico Jaime Caravaca sigue recibiendo críticas en las redes sociales después de que se viralizara un vídeo suyo siendo agredido en uno de sus shows. El agresor, Alberto Pugilato, un conocido neonazi, aseguraba que lo hizo por el comentario sexual que el humorista publicó en las redes dirigido a su hijo pequeño.
Ante el revuelo mediático, el murciano salió a pedir perdón: "Tras lo sucedido, lo que pretendía ser un chiste, finalmente ha sido un comentario desafortunado y nada apropiado por mi parte. Mis disculpas a las personas que se sientan afectadas. Aparquemos la violencia, y dejemos un buen mundo para que las personas crezcan libres".
Sin embargo, una disculpa no ha sido suficiente para que los usuarios de las redes hayan reaccionado a lo sucedido. Una de las más llamativas ha sido la de la cómica Valeria Ros que, tal y como ha asegurado, también ha recibido ataques por parte del humorista en varias ocasiones.
Tras dar su visión de lo sucedido y arremeter contra Caravaca en las redes, Valeria se ha visto obligada a cerrar su perfil de X -antes Twitter- e Instagram al recibir amenazas. Así, la web de Informativos Telecinco se ha puesto en contacto con ella para conocer qué ha pasado y cómo se siente.
"Publiqué mi opinión en las redes de forma visceral, porque entendí que ese hombre -Alberto Pugilato- reaccionara de esa forma. Ahora me arrepiento de haberlo hecho, por eso me he quitado las redes, porque parece que dices algo y estás a favor del nazi. Yo no estoy a favor de las agresiones físicas, eso que quede claro", desvela Valeria Ros a este medio.
"Jaime Caravaca no es un buen compañero. No es una persona que esté muy equilibrada y tiene mucho odio dentro. Durante una temporada le dio por meterse conmigo sin venir a cuento. Los ataques continuados hacia mí reflejan que no está bien de la cabeza, porque no es normal. Eso no era un chiste", subraya Ros.
La humorista sostiene que lo único que quería dejar claro con su comentario, "independientemente de que un nazi vaya a agredirlo", era "abrir un debate sobre por qué se penalizan las agresiones físicas y no las verbales, que quedan impunes, y eso no me parece justo". Y reflexiona: "¿Hasta dónde se puede poner el límite de lo que se dice en las redes sociales?".
Ros aclara que quiere desaparecer un tiempo de las redes tras lo sucedido por el "miedo de que no me salga más trabajo, me bajen los seguidores..." y que su único objetivo profesional es "hacer reír y no crear polémica". Por eso, tal y como ha comunicado a este medio, se va a tomar "un descanso" de las plataformas digitales.
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