El 22 de mayo de 2004, el enlace matrimonial de Felipe VI y Letizia Ortiz no solo reunió a la realeza y a dignatarios internacionales, sino que también presentó a un grupo de jóvenes pajes que participaron en la ceremonia. Ahora, veinte años después, resulta curioso echar un vistazo a cómo han evolucionado las vidas de estos pajes, que en su momento fueron figuras clave en la boda real.
Felipe Juan Froilán, conocido popularmente como Froilán, es el hijo mayor de la infanta Elena y Jaime de Marichalar. En 2004, con tan solo 6 años, fue uno de los pajes más visibles y recordados por culpa de un pequeño incidente en el que dio una patada a otra paje, Victoria López-Quesada. Hoy, a sus 26 años, Froilán no ha dejado de estar en el foco mediático debido a varios incidentes y su vida personal. Aunque su comportamiento a menudo ha sido cuestionado, sigue siendo una figura prominente en la vida pública y continúa con su educación y realiza otras actividades en el ámbito privado.
Victoria Federica, hermana menor de Froilán, también fue paje en la boda de sus tíos. A sus 23 años, se ha convertido en una figura destacada en el mundo de la moda y el entretenimiento en España. Victoria Federica ha hecho una transición notable de la vida privada a una vida pública activa, donde participa en eventos sociales y mantiene una fuerte presencia en redes sociales como influencer.
Los hijos de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarín también desempeñaron roles importantes como pajes. Juan, el mayor con 24 años, ha mantenido un perfil relativamente bajo en comparación con sus primos. Pablo, de 23 años, en cambio, ha seguido una carrera en el balonmano profesional siguiendo los pasos de su padre, y actualmente es jugador en la liga española, donde juega en el BM Granollers. Miguel, el varón más joven con 23 años, también ha tenido una vida discreta, centrando su atención en sus estudios y actividades deportivas. Esta familia la completa la benjamina y única hija de la pareja, Irene, que este año cumplirá 19, y todavía continúa con sus estudios. En este último caso no formó parte de la ceremonia de boda de los Reyes al ser su nacimiento posterior al enlace.
Victoria López-Quesada es la ahijada del Rey Felipe VI, además de la hija de Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Como no podía ser de otra forma, también fue paje en la boda real. En aquel entonces, un pequeño altercado con Froilán la llevó a los titulares. Hoy, Victoria se ha convertido en una figura destacada dentro de la aristocracia española. Participa activamente en eventos sociales y ha sido vista ayudando en importantes ceremonias familiares, reflejando su integración en el círculo cercano de la realeza.
Carla Vigo, sobrina de la reina Letizia e hija de su fallecida hermana Érika Ortiz, era apenas una niña durante la boda de sus tíos. Ahora, a sus 23 años, Carla ha encontrado su propio camino en el mundo del arte y la actuación. Aunque se ha ido encontrando una serie de dificultades personales tras la pérdida de su madre. Carla ha utilizado su plataforma para hablar sobre temas importantes y perseguir sus sueños en la industria del entretenimiento.
Estos pajes, que una vez caminaron por los pasillos de la Catedral de la Almudena como niños, han crecido y encontrado sus propios caminos en la vida, algunos eligiendo una vida pública activa mientras que otros han preferido mantenerse alejados de los focos. Su evolución refleja no solo sus propias decisiones personales, sino también la influencia de sus familias y el entorno en el que crecieron.
Los veinte años transcurridos desde la boda real de Felipe y Letizia han sido testigos de numerosos cambios y desafíos para estos jóvenes, quienes han lidiado por la complejidad de pertenecer a la familia real o estar cerca de ella. A medida que continúan con sus vidas, cada uno de ellos lleva consigo la experiencia única de haber sido parte activa de un evento histórico que marcó una generación.