La relación entre el rey Felipe VI y la reina Letizia de España ha sido, es y será objeto de un continuo e intenso escrutinio, con múltiples especulaciones ya desde su inicio. Sin embargo, detrás de la aparente armonía en su boda y matrimonio, existen historias y detalles que han ido marcando su relación.
Felipe y Letizia se conocieron por primera vez en una cena organizada por un amigo en común en el año 2002, y desde ahí la relación avanzó rápidamente. En 2003, anunciaron su compromiso, y tan solo dos años después, el 22 de mayo de 2004, contrajeron matrimonio en una solemne ceremonia celebrada en la Catedral de la Almudena en Madrid.
Uno de los mayores retos a los que se enfrentaron como pareja fue a la oposición del rey Juan Carlos I al matrimonio. Según ciertas informaciones, el rey emérito temía que la unión entre Felipe y Letizia pudiera poner en peligro la monarquía española. Estas preocupaciones se debían a la percepción de que Letizia, como plebeya y periodista, no encajaba en el rígido marco de la familia real. Esta tensión inicial con su suegro creó un ambiente complicado tanto durante el noviazgo, como ya en los primeros años de su matrimonio.
Pero no solo fue eso, sino que además Letizia también tuvo que enfrentarse a las críticas de la prensa y el escepticismo del público. Su fuerte personalidad y su pasado como periodista independiente contrastaban con la imagen tradicional de la realeza. Esta situación llevó a muchos a cuestionar su capacidad para adaptarse a las exigencias de su nuevo rol. Además, el abogado Jaime del Burgo, en sus controvertidas declaraciones, insinuó que Letizia se casó por poder y dinero, lo que acrecentó aún más todas esas críticas y rumores sobre la sinceridad de su relación con el que fuera Príncipe Felipe.
En una ceremonia nupcial tradicional, los novios suelen decir "sí, quiero" para formalizar su compromiso. Sin embargo, en la boda de Felipe y Letizia, que fue oficiada por el arzobispo de Madrid, Rouco Varela, esta frase no fue pronunciada de la manera habitual. En lugar de la afirmación clásica, el rito de la Iglesia Católica utilizado en su boda emplea fórmulas de consentimiento distintas que no incluyen estas palabras exactas, lo que hay que reconocer que causó cierta confusión y despertó nuevas especulaciones tanto entre el público, como con los medios de comunicación.
En vez de utilizar la citada fórmula tradicional, los cónyuges se decantaron por otra más larga en la que pronunciaron sus propios votos. "Yo, Felipe, te recibo a ti, Letizia, como esposa, y me entrego a ti y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad todos los días de mi vida", fueron las palabras elegidas por el entonces Príncipe de Asturias después de mirar a su padre, quien le dio el permiso mediante un gesto de aceptación con la cabeza. "Yo, Letizia, te recibo a ti, Felipe, como mi esposo y me entrego a ti y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida", fue lo que pronunció Letizia a continuación.
Con el tiempo, Letizia ha moderado su carácter impulsivo y se ha adaptado a las exigencias de la realeza. Ha pasado de ser una figura controvertida a ser una reina respetada por muchos, aunque sigue siendo objeto de escrutinio público. Su relación con Felipe se ha fortalecido, a pesar de los insistentes e infundados rumores de distintas crisis de pareja. En definitiva, juntos se han enfrentado ya a numerosas polémicas y desafíos.