Estudiantes de Carpintería de Ferrol, al rescate de vecinos asediados por las moscas: “Su esfuerzo no se queda en un ejercicio de clase"
15 alumnos de FP de Madeira e Moble del CIFP Ferrolterra, fabricaron 315 refugios para aves y murciélagos
Fue un encargo del Concello de Narón, que sufre cíclicas invasiones de moscas en alguna de sus parroquias
A los estudiantes les hace “muchísima ilusión” que su trabajo “pueda servir de ayuda a los vecinos”
Los alumnos y alumnas que cursan primero de FP Básica de Madeira e Moble en el Instituto Ferrolterra de Ferrol, acaban de concluir su primer encargo profesional para un cliente muy especial: nada menos que el mismísimo Concello de Narón, que les pidió la realización de unas cajas para albergar aves que ayuden a mitigar las plagas de insectos que asedian el municipio, al tiempo que favorecen la biodiversidad del territorio.
Así, desde el pasado mes de diciembre, han trabajado sin prisa pero sin pausa en la fabricación de 300 casas-nido para aves insectívoras y 15 casas-refugio para murciélagos, que la entidad les encargó para entregar a las familias interesadas en la causa.
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El problema afecta de manera especial a la parroquia de O Val, donde las cíclicas invasiones de moscas desesperan a los vecinos y vecinas.
“Trabajaron como leones”
Este es el segundo año que se lleva a cabo la iniciativa ya que el curso pasado, también por encargo del Concello de Narón, se fabricaron 200 casas-nido y 50 refugios para murciélagos, y la experiencia tuvo muy buena acogida.
Este año el reto fue mayor, pero su profesor de taller de carpintería, Toni Ramos, comenta con orgullo que sus pupilos “trabajaron como leones, fueron muy rápidos y se esforzaron muchísimo” para concluir el encargo a tiempo, ya que, según explican, las casas-nido deberían estar instaladas en marzo, antes de la época de cría.
En los próximos días, el Concello de Narón organizará la entrega de las 315 casitas a los vecinos interesados, que ya pueden encargar la suya de manera gratuita en el teléfono 981 337 700 (extensiones 1604, 1614 y 1618).
“Uso en la vida real”
Ramos explica que los estudiantes se encargaron de todo el proceso: cortar, cepillar, regruesar la madera de pino y montar las estructuras de los habitáculos, y que lo han hecho con una “enorme motivación”, porque “ven que su esfuerzo no se queda en un mero ejercicio de clase, sino que va a tener un uso y una aplicación en la vida real”.
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