El marisco, en cualquiera de sus variantes, es uno de los platos que no suelen faltar en cualquier mesa que se precie en Navidad, por lo que en estas fechas los mariscadores gallegos hacen su particular sanmartín y recaudan lo necesario para ir tirando cómodamente hasta después del verano; pero este año, comparado con otros “es un año malo”, explica Raquel Gómez, presidenta de la agrupación a pie de la cofradía San Telmo de Pontevedra, con “poco cupo de recogida y con una previsión dura para el próximo año, debido a la mortandad del marisco”, asegura.

Gómez explica que la Navidad suele salvarles “pero no es el caso”, explica, y añade, “con lo que ganamos, pagamos autónomos y poco más”, detalla.

Este jueves y viernes el cupo lo tienen en 1 kg de almeja fina y 7 kg de japónica, y aunque ambas han subido de precio (la fina está en unos 30€ y la japónica en torno a los 15€), “desde el año pasado la actividad es insostenible” debido a la mortandad del marisco, explica Laura, una de las mariscadoras a pie de ría.

Paula, compañera suya, lleva 3 años mariscando en Pontevedra y confirma que “es el peor año”. Explica que empezaron a trabajar en julio y que “hay pocos kilos y poca ganancia”, asegura, por lo que “mucha gente ha dejado esta profesión”.

Manuel, por su parte, lleva 9 años mariscando y explica que de 15 kg de japónica que solían coger, ahora cogen 6 kg, y “tampoco el precio es el mismo”, detalla. Él y su mujer son mariscadores y aunque el futuro es incierto, “nunca dejarían este trabajo” y mientras puedan lo seguirán haciendo por conciliación familiar.

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