La retirada de 50 recipientes con ácido pícrico en 23 centros educativos de secundaria, formación profesional y universidades de las provincias de A Coruña y Lugo, puso en alerta a algunas comunidades educativas, debido a las características tóxicas del componente que además, con el paso del tiempo, se vuelve inestable hasta el punto de poder llegar a explotar.
La Policía Nacional, a través de su equipo especializado Tedax-NRBQ, se puso en contacto con los centros educativos de toda Galicia para averiguar si guardaban la sustancia y proceder a su requiso y destrucción, detectando, para sorpresa de los agentes “botes con 40 o más años de antigüedad” e incluso un recipiente con explosivo TNT en una facultad de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).
Lo confirma a la prensa local Miguel Díaz, agente del equipo Tedax-NRBQ de la Policía Nacional de A Coruña, quien explica que este tipo de sustancia se suministraba hace décadas “sin muchas restricciones” a los centros educativos pero que, sin embargo, la legislación con estas sustancias tóxicas “se endureció en los últimos 30 años”, sin informar a los centros educativos de esos cambios.
Este especialista del Tedax explica que, por las características que tiene el ácido pícrico, en estados de mala conservación “el riesgo” de que pueda explotar se incrementa considerablemente.
Esto se debe a que la sustancia se suministra siempre en líquido o con humedad superior al 33% pero “los botes abiertos pierden humedad y si baja de ahí, se seca y se convierte en polvo, volviéndose sensible al calor, a la fricción o a los impactos”, asegura.
Y “en ese estado”, añade, es en el que aparecieron muchos de los frascos en Galicia, algunos con más de 40 años y con un riesgo alto de peligrosidad.
Para que nos hagamos una idea del peligro al que estaban expuestos alumnos y profesores antes de la retirada de la sustancia, Miguel Díax explica que “antiguamente se usaba como iniciador del acto explosivo o como potenciador en la Guerra Civil o la Segunda Guerra Mundial”.
“Más sorprendió la aparición en una facultad de la USC de un recipiente con TNT”, explica El Correo Gallego. “Algún profesor lo fabricó hace 30 años en algún experimento de laboratorio y no se tocó desde entonces”, aventura Miguel Díaz. Este hallazgo "es anecdótico”, añade, pero explica, con cierto tono de humor, que “hace 30 años se hacían muchas locuras en las universidades”.
Eran otros tiempos, con una legislación mucho más laxa en esta materia, pero hoy en día, explica Díaz, “sería impensable, ya que somos un país puntero en el control de explosivos y sustancias peligrosas”.
Pese al riguroso trabajo, los Tedax no descartan que todavía queden algunos recipientes que no hayan sido localizados o que algún centro “se haya olvidado de revisar su material”, y piden que se tenga en cuenta a la hora de manipular las sustancias existentes en los laboratorios.
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