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“Para mí lo son todo, sé quién soy gracias a ellos”, cuenta todavía emocionada Marta Martínez. Esta joven de Tui (Pontevedra), que se graduó recientemente como maestra de Educación Infantil en el Campus de Ourense, habla así de sus abuelos José Luís y Conchi, quienes no pudieron asistir al acto al encontrarse hospitalizados en el Álvaro Cunqueiro de Vigo.
La estudiante había hecho todo lo posible para que sus abuelos paternos, con quienes convive junto con sus padres, pudiesen asistir a su graduación, ya que era muy importante para ellos y muy difícil conseguir más de dos entradas. “Al final las conseguí por una amiga pero ellos no pudieron ir”, lamenta.
Así que sin pensárselo dos veces y sin quitarse siquiera la banda, se presentó en el hospital para darles una sorpresa y su vídeo emocionó a millones de internautas.
Apenas 24 horas después de subir el vídeo a Tik Tok, ya tenía cientos de miles de visualizaciones, unas cifras que no han dejado de subir, y que han llamado la atención de muchos medios de comunicación.
Abrumada por el impacto de su historia, Marta nos cuenta que su familia está acostumbrada a que publique vídeos en las redes sociales pero que nadie, ni ella misma, esperaban esta repercusión.
La joven lleva años subiendo vídeos de sus abuelos a las redes: “Siempre les grabo cosas que hago o aprendo con ellos, de su día a día”, explica, aunque nunca se había viralizado ninguno de esta manera.
Por eso no les llamó la atención que el padre de Marta sacara el móvil para gravarlos. La nieta los había llamado en cuanto recibió el diploma en la Facultade de Educación de Ourense, y les dijo que se iba directamente a cenar con sus amigas. Omitió el detalle de que antes iba a conducir los 100 kilómetros que los separaban hasta el hospital, para compartir con ellos in situ la alegría de su graduación.
«Algo tenía que hacer para que me vieseis graduada, feliz y cumpliendo el último sueño que me quedaba: ser profe de los pequeñitos. Qué suerte haber podido ir a daros ese abrazo que se quedará en mi corazón para siempre», relata en su perfil de TikTok.
Marta lo recuerda todavía emocionada: “Intenté mantener las ganas de llorar pero fue imposible”, explica. Ver sus caras de orgullo compensó con creces los más de 200 kilómetros que tuvo que hacer esa noche de tormenta para compartir con ellos uno de los momentos más felices de su vida, a los que, con toda seguridad, seguirán muchos más.
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