Mucha gente observa con preocupación cómo las playas de Galicia se han llenado de "pellets", o plásticos pequeños, tras haber volcado un barco que los transportaba cerca de Portugal, lo cual ha reavivado el movimiento "Nunca Mais" que surgió con el hundimiento del Prestige hace años ya. Pero, ¿qué son exactamente, para qué se utilizan y cuál es su impacto en el medio ambiente y en nuestra salud?
Los pellets de plástico son pequeñas partículas, normalmente cilíndricas o en forma de disco con un diámetro de unos pocos milímetros; es decir, microplásticos. Estas partículas de plástico son materias primas industriales que se transportan a fábricas donde se funden y moldean en productos de plástico acabados, según explica el Observatorio Internacional del Pellet, un programa mundial basado en la vigilancia de la contaminación marina y coordinado por el Laboratorio de Geoquímica Orgánica de la Universidad de Agricultura y Tecnología de Tokio, en Japón.
Estas partículas de plástico pueden entrar en el medio ambiente accidentalmente durante el proceso de producción y transporte, directamente en el océano a través de vertidos accidentales durante el transporte, o indirectamente arrastrados por el agua en arroyos y ríos. Según la Comisión Europea, estas partículas de plástico son una de las mayores fuentes de contaminación microplástica no intencionada.
Debido a su longevidad en el medio ambiente, estas partículas se dispersan ampliamente en los océanos y pueden encontrarse en playas de todo el mundo. El Observatorio Internacional del Pellet advierte de que el aumento de la producción de plástico está provocando un incremento significativo de la contaminación plástica en los océanos. Las partículas de plástico se encuentran en el agua y el suelo, incluidas las tierras agrícolas, y causan daños en los ecosistemas.
Aún se desconocen los efectos de los microplásticos sobre la salud. Según Albert Koelmans, científico medioambiental de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), citado en la revista Nature, los seres humanos ingieren cada día más de 100.000 partículas de microplásticos. Según él, la cantidad de microplásticos que ingiere la gente en un año equivale al valor de una tarjeta de crédito.
También se han encontrado microplásticos en productos de consumo como el agua del grifo y la sal, según un informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Los autores del informe afirman que aún no hay datos suficientes sobre la toxicidad potencial de estas partículas para los seres humanos, ya que los efectos potenciales de los microplásticos sobre la salud de los consumidores son aún desconocidos y requieren más investigación.
Según un artículo publicado en la revista Nature, los únicos estudios disponibles se basan en experimentos de laboratorio en los que se exponen células o tejidos humanos a microplásticos, o en animales como ratones o ratas. Por ejemplo, una investigación publicada en 2020 concluyó que los intestinos de las ratas alimentadas con grandes cantidades de polietileno, un tipo de microplástico, se inflamaban.
Según Nature, hay varias hipótesis sobre cómo las partículas de plástico pueden ser dañinas para los humanos. La revista Nature señala que, si las partículas son lo suficientemente pequeñas como para entrar en el intestino, podrían ser perjudiciales.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.