La desquiciada carrera que los alcaldes de varias ciudades de nuestro país llevan a cabo cada año en torno a la Navidad (cada vez con más adeptos), sólo se puede comprender si se tienen en cuenta los beneficios económicos que les reportan a los Ayuntamientos.
El árbol más grande, la noria más alta, el recorrido de luces led más largo, los mercados navideños más bonitos… todo es válido para autoproclamarse por sus regidores como “la ciudad con la mejor navidad del planeta” (un término que gusta mucho al alcalde de Vigo, Abel Caballero), y animar a visitantes de todo el país a que acudan en masa a comprobarlo en primera persona.
Pero esta es la cara buena de la moneda, la otra cara, la del ruido, los atascos, las aglomeraciones y la suciedad, nos la muestran muchos vecinos y comerciantes de Vigo, quienes hartos de las “Navidades top” de Abel Caballero, piden una mejor planificación de la campaña y un aumento de los efectivos que garanticen la seguridad en estas fechas.
El pasado mes de enero, el propio regidor de Vigo reivindicó que por la Porta do Sol, donde está situado el árbol de Navidad XXL, “llegaron a pasar más de cinco millones de personas”, casi 17 veces el censo de la ciudad. En concreto, entre el 19 de noviembre y el 15 de enero pasaron por el centro un total de 5.345.759 visitantes, lo que equivale a un tránsito ininterrumpido de 3.800 personas cada hora, de día y de noche.
Alba Novoa, la presidenta de la Asociación de Vecinos del Centro de Vigo explica que esto genera “un problema de ruido brutal”. Además de haber, explica “un problema gravísimo higiénico, sanitario y sobre todo de seguridad”. Vigo no está preparado para una afluencia tan grande de visitantes”, afirma contundente: “No cuenta con los medios efectivos suficientes ni siquiera el resto del año como para garantizarlos en medio de este caos”, añade.
Como muestra de este descontento general de los vecinos y vecinas del centro de la ciudad, basta leer los comentarios de un tuit del regidor publicado tras el primer fin de semana desde el encendido, donde lo llegan a tachar de “hortera”.
Esta vecina de Vigo asegura que “no hay un plan de autoprotección que garantice que la integridad física y la salud de los vigueses esté garantizada porque los servicios de emergencia no pueden acceder, cuando consiguen acceder se encuentran la ciudad colapsada”, explica.
“Vemos ambulancias saliendo marcha atrás de calles, saliendo marcha atrás de túneles, totalmente bloqueadas, son derechos fundamentales de la constitución que no están garantizados”, comenta la presidenta.
Novoa asegura que los vecinos y vecinas del centro de la ciudad olívica tienen problemas para acceder a sus viviendas y puestos de trabajo desde noviembre hasta enero pero que el “principal problema lo tiene la gente enferma y con falta de movilidad”, que sufren el colapso constante de la ciudad por la afluencia masiva de visitantes durante las navidades desde 2018.
Abraham, abogado de esta asociación de vecinos creada precisamente para tratar de negociar con el Ayuntamiento el cese de las molestias ocasionadas por la Navidad, asegura que el Ejecutivo les da la espalda, “no contesta ni a los escritos”.
Esta asociación, que cuenta con el respaldo del Ministerio Fiscal en un procedimiento judicial abierto contra el Concello por contaminación acústica (del que dictarán sentencia el 15 de diciembre), ha presentado otra demanda por irregularidades en el mercadillo y el parque de atracciones, que además “no cumplen la normativa de ruido, seguridad, patrimonio ni sanidad”.
Para Abraham, que habla como vecino, “es terrorífico, es como vivir permanentemente en un parque de atracciones” y “llega un momento que afecta gravemente a la salud”, explica.
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