La historia de Abelardo y Marcelino, dos víctimas del franquismo identificadas tras 84 años en una fosa

  • Investigadores han logrado poner nombre y apellidos a dos de los cuerpos exhumados de una fosa de Ourense

  • Se trata de dos jóvenes asturianos que fueron apresados y posteriormente fusilados durante la Guerra Civil

  • Sus familias no sabían con exactitud qué había sido de ellos, pero ahora el ADN les confirma que estaban allí

Abelardo Suárez Del Busto tenía 28 años y era albañil. Marcelino Fernández, mecánico, 21. Ambos eran asturianos y los dos fueron apresados y fusilados el 22 de septiembre de 1939 por una unidad falangista.

Existía la sospecha, por la documentación histórica, de que sus cuerpos podían estar sepultados en una fosa común en Celanova (Ourense). Ahora se sabe que, efectivamente, ambos estaban allí.

Un equipo multidisciplinar formado por historiadores, antropólogos, forenses y genetistas han conseguido identificar sus cuerpos 84 años después. Sus restos serán entregados a sus familias para que puedan ser enterrados dignamente.

Los dos, junto a otros cinco compañeros, habían sido detenidos en octubre de 1937. Trataban de huir en barco, desde Gijón, después de que el bando nacional entrase en esa ciudad.

Abelardo estaba afiliado a la CNT y, en su huida, dejaba atrás a una mujer y a dos hijos de 2 y 4 años. Marcelino también era padre. Acababa de nacer su hija y escapaba por recomendación de sus amigos debido a sus ideales republicanos.

Tras ser apresados, fueron juzgados y condenados a muerte en el campo de concentración de Camposancos, en A Guarda (Pontevedra). De allí fueron enviados a Ourense.

Fueron ejecutados dos años después de su apresamiento, el 22 de septiembre de 1939, en el monasterio de Celanova, que entonces hacía funciones de prisión. Ahora se ha confirmado que sus cuerpos fueron arrojados en una zanja clandestina abierta en el cementerio de San Breixo.

99,9% de compatibilidad con sus descendientes

Sus familias no sabían con exactitud qué había sido de ellos. Pero los análisis de ADN han permitido confirmar que sus cuerpos se encontraban entre los exhumados en la fosa de Celanova el año pasado.   

Según ha revelado el equipo investigador, pudieron extraer polvo de ADN de los restos molares y esas muestras fueron contrastadas con Josefa, una hija de Marcelino, y con Graciela, una nieta de Abelardo. Ahora los análisis han confirmado que existe un 99,9% de compatibilidad.

Además de eso, las conclusiones arrojan datos de cómo murieron los dos represaliados. Marcelino presentaba señales de violencia en el cráneo y en el pescuezo y, por lo menos, recibió dos disparos de arma de fuego. Los restos de Abelardo evidencian violencia en el cráneo y en el resto del cuerpo y también un tiro de gracia en la cabeza.

De la fosa se exhumaron otros siete cuerpos. Se cree que dos eran de reclusos de la prisión de Celanova y que los otros cinco eran los compañeros asturianos que fueron apresados junto a Abelardo y Marcelino.

Se trata de Baldomero Vigil Vallejo, Guillermo de Diego Álvarez, Alfonso Moreno Gayol, Belarmino Álvarez García y Mariano Blanco Otero. El grupo de trabajo trata de localizar a sus familiares para poder cotejar sus restos. Si no llegasen a identificarse, de acuerdo con la Ley de Memoria Histórica, serán devueltos al cementerio del que han salido.

Los restos de Abelardo y Marcelino, en cambio, podrán ser entregados a sus familias para que puedan enterrarlos de forma digna. 84 años después, tendrán un lugar al que llevarle flores

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