El Consejo de Ministros aprobó esta semana el Real Decreto que establece que la especialidad de trikitixa sea una enseñanza profesional y se imparta, a partir de ahora, en los Conservatorios de música. El decreto aprobado, del Ministerio de Educación, establece los aspectos básicos del currículo, los horarios, objetivos y criterios de evaluación. A partir de ahí, las administraciones educativas vascas podrán incorporar otras asignaturas a esta nueva especialidad.
La trikitixa o acordeón diatónico vasco es “uno de los instrumentos más representativos de la música autóctona” del País Vasco, con gran arraigo en romerías, pasacalles y fiestas. Con la creación de esta especialidad se reconoce la trikitixa "como un elemento de identidad de la música vasca y se permite su proyección social y profesional, tanto dentro del entorno de la estética tradicional como en el de los nuevos lenguajes sonoros", tal y como señala el decreto.
El artista Kepa Junkera paseó el folklore de Euskadi por el mundo al ritmo de su trikitixa, hasta que en 2018 un ictus le alejó de los escenarios, tras una actuación en Bélgica. El trikitilari tuvo que alejarse de su inseparable trikitixa, el instrumento tradicional vasco que popularizó, llevándolo a una dimensión mucho más allá de lo popular y tradicional, por todo el mundo a lo largo de treinta años de carrera.
Tras la publicación del Real Decreto, la trikitixa podrá enseñarse no solo en escuelas de música, como hasta ahora, sino también en conservatorios profesionales de música y centros autorizados de enseñanzas musicales.
La trikitixa es un instrumento de viento, algo más pequeño que el acordeón y con dos filas de botones, una en su lado izquierdo y otra en el derecho.
Para tocar la trikitixa, hay que sostener las dos cajas donde se encuentra el fuelle, abriendo y cerrando los brazos mientras se van presionando los botones de las notas. Con estos movimientos, las lengüetas del instrumento vibran y emiten diferentes sonidos.
La trikitixa no es un instrumento autóctono de Euskadi y su llegada a tierras vascas data de mediados del siglo XIX y, sin embargo, encarna la música vasca por excelencia y tiene en el pandero su mejor complemento para desatar la alegría de la fiesta entre los vascos.
El instrumento clave de la trikitixa, el acordeón diatónico, es originario de Italia y de las regiones alpinas de Francia. A parecer, fueron los trabajadores contratados en 1860 para la construcción del ferrocarril del Norte en el tramo de Beasain a Olazagutia los que trajeron su ‘fisarmónica’ o ‘acordeón diatónico’.
La Iglesia, poco menos que llegó a tildarlo de instrumento infernal porque desataba el deseo carnal. Lo cierto, es que el 'soinu txikia' desataba, como poco, la alegría, de ahí que se empezara a usar en las romerías y fiestas populares. Antiguamente, la mujer solía quedar relegada a acompañar tocando el pandero a la trikitixa, hoy hay tantas mujeres como hombres en las escuelas de música aprendiendo a tocar este instrumento, que en breve dará el salto a los Conservatorios profesionales de música.
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