Autobuses con botón del pánico: la medida en los interurbanos de Vizcaya ante el aumento de agresiones

Las agresiones verbales o físicas que sufren los chóferes de los autobuses interurbanos de Vizcaya podrían tener los días contados, ya que, entre otras medidas, se ha empezado a instalar un botón del pánico para que los conductores avisen en situación de peligro. El pasado año, una menor fue condenada porque agredió a una chófer de autobús en Bilbao: 650 euros por romperle las gafas y 350 por lesiones.

En 2024, ante el aumento de agresiones que sufrían durante su jornada laboral al volante, el personal de Bizkaibus convocó una huelga de 24 horas. Tras aquella protesta y a tenor de los datos de agresiones registradas, la Diputación Foral de Bizkaia decidió tomar cartas en el asunto. Ahora, el plan de actuación de la Mesa de Seguridad, al que ha tenido acceso El Correo, detalla que ese sistema de aviso se está instalando en el cuadro de mandos de los autobuses y que para el próximo mes de junio se prevé que la flota al completo pueda tenerlo equipado.

Según detalla el periódico vasco, bastará con que el chófer lo pulse al sentirse en peligro para que se establezca una conexión en directo de las cámaras, con las que está equipado cada autobús, y el centro de control de tráfico. Allí, en ese centro de control, se valorará la situación y se decidirá si es necesaria la presencia policial. En el aire está aún la posibilidad de instalar mamparas protectoras en torno al conductor.

Inconsciente tras la paliza

Hace ahora dos años, una conductora de Bizkaibus tuvo que ser atendida en el hospital de Basurto por una paliza propinada por tres viajeras.

Según informó entonces el departamento de seguridad del Gobierno Vasco,  la chófer reclamó la presencia de una patrulla de la Ertzaintza, ya que una mujer joven se encontraba golpeando el vehículo, estaba ebria y no estaba en condiciones de subir. Varios efectivos de la Policía Local de Mungia calmaron el ambiente, pero al llegar a la parada de la plaza Moyua de Bilbao, las viajeras recriminaron su actitud a la conductora. Las agresoras consiguieron sacar a la fuerza del bus a la mujer, la llevaron arrastrando hasta los jardines de la plaza y allí la golpearon hasta dejarla inconsciente.

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