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Kaxilda, la cerda de 20 meses y 350 kilos que con su dieta vegana suma kilo y medio al día: "Engordará 30 más para Santo Tomás"
Toma el relevo de Xixili como reina de la feria de Santo Tomás, el 21 de diciembre
Es de la raza Duroc, tiene 20 meses y solo come "avena, trigo, maíz, soja, alubias y alguna castaña"
El mercado de Santo Tomás: la fiesta del agro vasco donde desgustar talo con chorizo y txakoli
Los reinados de la feria de Santo Tomás son efímeros, pero no por ello, menos relevantes. Si el año pasado hizo historia la cerda Xixili, de ascendencia americana y canadiense, pero criada en Aizarnazabal por Manu Eizagirre, este año ha ascendido al trono, Kaxilda, que el próximo 21 de diciembre reinará en la plaza de la Constitución de la capital guipuzcoana.
Méritos le sobran a esta cerda de la raza Duroc que con 20 meses ha alcanzado los 350 kilos y que ha sido criada en el caserío Arantzeta de Elgeta. “Se ha criado en el monte”, advierte su dueño Peio Bilbao, aunque desde hace un mes sus salidas se han ido limitando “porque con el peso que tiene corre el riesgo de hacerse daño en alguna pata”.
Más
El menú diario de la nueva reina de Santo Tomás consta de cinco kilos de pienso: “Avena, trigo, maíz, alubia y soja”. Una dieta “vegana” que completa “con lo que pilla en el monte”, normalmente castañas, y con la que la cerda engorda un kilo y medio al día. A este ritmo, para el día 21 habrá alcanzado los 380 kilos, “sí, es probable que engorde unos 30 kilos de aquí a entonces”, asegura Bilbao.
Este ganadero de 32 años suele criar lechones Basatxerri hasta los siete meses, con Kaxilda casi ha triplicado este tiempo de convivencia y claro, el roce hace el cariño: “Al principio era tímida y algo recelosa, pero ya nos conoce, entre otras cosas, porque le hablamos mucho”, advierte.
La elección
El ojo profesional de este criador dio en el clavo cuando hace un año y ocho meses seleccionó a este animal con miras a Santo Tomás 2024: “Era el más grande, tenía los lomos largos y se notaba que iba a hacerse grande”. No se equivocó.
A Bilbao no le tiembla la voz cuando habla del futuro de su animal más longevo, que terminará convertida en chorizos y lomos que “venderemos en el Bar Urbiako Fonda”, en el monte Urbia.
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