La sentencia “pionera”, por la elevada indemnización impuesta, a un colegio de Bilbao por el infierno que padeció una niña de cinco años acosada durante meses por otra niña sigue dando que hablar. Y es que una cuarta parte de los alumnos en España asegura haber sufrido acoso escolar.
Ante la sentencia, el colegio Nuestra Señora de Begoña ha hecho pública su intención de recurrir el fallo, que le obliga a indemnizar con 40.000 euros a la familia de la pequeña por no hacer lo suficiente para evitar el acoso, asegurando que siguieron “desde el principio, los protocolos oportunos que marca la ley, con comunicación directa con Inspección de Educación”.
Pero ahí, no se ha quedado el asunto, porque el Departamento de Educación del Gobierno Vasco apunta a que el protocolo se inició “por iniciativa del servicio de inspección en el mes de marzo, inmediatamente después de la solicitud por parte de la familia” y no por iniciativa, de los profesionales.
En este sentido, Educación argumenta que es esencial “una rápida intervención de los centros escolares con la activación del protocolo de actuación para estos casos”. Algo que, según la sentencia y el posterior comunicado del Gobierno Vasco, en este caso no ocurrió.
Según ha quedado acreditado en el proceso judicial, la niña sufrió todo tipo de agresiones físicas e incluso, sexuales durante seis meses, de septiembre de 2021 a marzo de 2022. El acoso fue "continuado, persistente e ininterrumpido", definía el abogado de la familia a Informativos Telecinco. La familia alertó al centro en varias ocasiones de lo que estaba ocurriendo y en ningún momento, se separó a la víctima de su acosadora, solo un año mayor.
Durante meses, la niña que cursaba tercero de Infantil sufrió golpes, empujones, tirones de pelo, e incluso, según el fallo, le llegó a introducir “rotuladores en la vagina”. La pequeña que tuvo que cambiar de colegio sufrió secuelas que la obligaron a ser medicada con ansiolíticos y “llegó a perder el habla”. "Estamos hablando de una niña sobre la que un informe psiquiátrico declara que no ha visto un caso de tanta gravedad en su vida profesional", insiste el letrado.
El colegio insiste en que sí actuó y que, entre otras cosas, se realizaron reuniones con las familias y se abrió un protocolo de observación. Pese a todo, la sentencia concluye que el colegio fue “un mero espectador” y que fracasó a la hora de proteger a la niña.
En un comunicado, el Departamento de Educación del Gobierno Vasco ha subrayado el “compromiso del sistema educativo con el bienestar de todo el alumnado en Euskadi”. Así, insiste en que aunque los casos de acoso escolar “en edades tan tempranas son muy excepcionales”, estos deben abordarse con “la máxima cautela y diligencia debido a la vulnerabilidad de las niñas y los niños, víctimas y victimarios, de tan corta edad”. El Gobierno Vasco recuerda que el papel de las administraciones, los centros educativos, las familias y los agentes sociales es “crucial” para crear “un ambiente seguro, que prevenga y responda a cualquier forma de violencia escolar”.
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