Leyendas inquietantes que estremecen a los vascos menos escépticos: del fantasma de Andresito al espectro de Aiurdin

Se acerca Halloween y repasamos alguna de las leyendas vascas más inquietantes. Historias de fantasmas, apariciones de aterradores espectros o sonidos inexplicables como protagonistas, en escenarios de lo más variopintos.

Desde las clásicas casonas antiguas, escenarios perfectos para este tipo de relatos, a solitarias carreteras en mitad de la noche, e incluso, una comisaría. Si no te recorre un escalofrío por la espalda al conocerlas, es que eres un auténtico escéptico de lo tenebroso.

Un fantasma en comisaría

En Vitoria, corre el rumor de que un espíritu merodea por el edificio de Hacienda de la céntrica calle Olaguibel de Vitoria. ¿Un contribuyente airado? No, se trata del espíritu de un niño de unos 10 años que fue capaz de provocar el plante de los vigilantes de seguridad del edificio que, cuentan, atemorizados, se negaron a hacer guardia de noche.

Una madrugada de 1994, uno de los vigilantes de seguridad estaba en su puesto de control cuando vio a un señor mayor y un niño que bajaban las escaleras, cogidos de la mano. Les dio el alto, pero los intrusos no le prestaron atención. Salió a pedir ayuda, al regresar no había ni rastro de los espectros. Sus compañeros refrendaron que en sus rondas el mobiliario cambiaba de ubicación. La situación llevó a los vigilantes a no querer hacer guardia por las noches en el edificio.

La historia da miedito, a pesar de que al siniestro fantasma de unos 10 años de edad, se le haya dado en bautizar como Andresito, lo que, sin duda, humaniza al espectro y le resta crédito como ente maligno. Muchos creen que el origen del enigma puede estar en el convento de San Francisco, que ocupó el solar donde ahora se levantan el edificio de Hacienda, la Subdelegación del Gobierno y los antiguos juzgados. Los sucesos paranormales se han sucedido aquí desde la desaparición del convento.

Un fantasma en un túnel

En Euskadi, la de Andresito y la comisaría de policía de Vitoria, no es la única historia que aúna lo paranormal con las fuerzas de seguridad. Hace casi cuatro décadas, dos agentes de la Ertzaintza de patrulla por las carreteras se toparon con una espeluznante figura sin rostro ni pies y cubierta con capa. Al acercarse a ella, se desvaneció. No fueron los únicos testigos de esta inquietante aparición, unos kilómetros más adelante los ertzainas se pararon a hablar con el matrimonio que les había llamado tras sufrir un accidente, los dos les relataron exactamente lo mismo que minutos antes habían visto los propios agentes.

Un fantasma en una curva

Una de las leyendas urbanas más populares es la de la turbadora aparición de una autoestopista fantasma en mitad de la noche, en la curva de una carretera cualquiera. En el País Vasco, la curva en cuestión se encuentra en la N-634, a su paso por el Bajo Deba. En la década de los 80, un matrimonio llegó a interponer una denuncia ante la Guardia Civil, porque al parecer junto a la carretera del alto de Itziar se pararon para llevar a una chica que esperaba bajo la lluvia y que se montó en el asiento de atrás. Cuando reanudaron la marcha, la joven emitió un grito aterrador y, cuando asustados se giraron, había desaparecido.

Un fantasma en el pueblo con más bodegas

En Villabuena de Álava, el Palacio del Indiano, construido en 1608, es conocido por sus vecinos como ‘la casa de los fantasmas’, un inmueble cuya propiedad ha ido pasando dentro de la misma familia, de generación en generación, casi del mismo modo en que su leyenda se ha ido transmitiendo de unos a otros. Cuentan que por la escalera que conecta las distintas plantas del edificio es posible escuchar de forma nítida los pasos de alguien que sube los peldaños y se detiene en la última planta, frente a una vitrina donde se conserva el uniforme carlista de un antepasado Francisco de Paula de Rivas.

Al contrario que en la historia de Andresito, en esta casa de Villabuena nadie ha visto nunca un fantasma o un espíritu, solo lo han escuchado, pero de forma tan clara que no puede achacarse a la sugestión de estar en un palacio centenario donde cualquier crujido puede hacerte dar un respingo, hasta los perros se alteran ante una presencia inexplicable.

Los propietarios sospechan que el protagonista de las pisadas puede ser su antepasado Francisco de Paula de Rivas, quien en vida nunca pudo regresar a su pueblo, Villabuena. Murió y fue enterrado en Bayona (Francia), pero tal vez no estaba allí su descanso eterno.

Un fantasma en ‘la casa encantada’

En Subijana de Morillas corren muchas leyendas en torno a la inquietante aparición de una mujer, a la que nunca se le ve el rostro, y que suele merodear por el interior, pero también por los alrededores de la Casa-Palacio, conocida como la ‘casa encantada’ o ‘la casa de los duendes’. Según El Correo, los mismos propietarios admiten haber sido testigos de fenómenos inexplicables, al menos en el mundo de los vivos.

La dama blanca, como algunos la llaman por el color de su indumentaria, podría ser en realidad el fantasma de la viuda de un industrial que, a mediados del pasado siglo, compró el palacio y falleció dejando tras de sí muchas deudas. Las mismas que ahogaron a su mujer, que poco después apareció muerta en el río.

Estas son solo cinco de las leyendas más inquietantes que recorren Euskadi, historias que literalmente meten el miedo en el cuerpo a quienes gozan con todo lo pavoroso y que, como mínimo, dibujan una sonrisa en el rostro a los menos creyentes.

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