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¿Se imaginan perder una cartera con toda la documentación y además, 500 euros y que, antes de darse cuenta de haberla extraviado, alguien llama al telefonillo de su casa para devolvérsela? Es lo que le ocurrió a una vecina de Donostia, a la que un conductor de autobús le llevó personalmente a casa la cartera que había dejado olvidada al bajarse del vehículo.
El protagonista involuntario de esta historia es un conductor de la empresa que gestiona el transporte público urbano de la ciudad de San Sebastián. Recientemente, cuando este profesional cubría la ruta 18, uno de los viajeros perdió su cartera. Hasta ahí, nada raro. Lo inédito de este caso, es que el chófer buscó y devolvió personalmente la cartera a su dueña.
La historia ha corrido como la pólvora por Donostia y ha desbordado al conductor, que hoy prefería no dar más bombo a su buena acción y seguir siendo ese profesional anónimo que lleva casi dos décadas al volante de un autobús.
El protocolo establece que al encontrarse con un objeto perdido, el trabajador notifique el hallazgo a la central y luego este se deposite en Objetos Perdidos de la Guardia Municipal. El chófer de Dbus, según ha podido saber El Diario Vasco, llamó a la central, pero decidió iniciar sus pesquisas para tratar de localizarla por su cuenta.
La razón es que, al contrario de otras veces en las que ha encontrado objetos perdidos en su autobús, en esta ocasión, recordaba a la perfección a la pasajera que había extraviado la cartera, ya que al abrirla vio la foto del niño pequeño con el que viajaba la mujer y a quien el conductor había saludado al subir al autobús.
Decidió tratar de localizar su número de teléfono, metiendo su nombre en internet. Su búsqueda no daba resultados, así que miró la documentación de la cartera y ahí estaba la dirección en donde vivía la pasajera. La casualidad quiso que no estuviera lejos del camino que el empleado de Dbus debía de recorrer para volver a las cocheras al término de su jornada, así que decidió hacer un alto en el camino y acercarle él personalmente la cartera.
Ya de noche, aparcó el autobús frente a la casa y llamó al portero. Para sorpresa de esta usuaria y de su familia, este desconocido se había molestado en llevarle la cartera hasta su propia casa y así evitarle el disgusto al darse cuenta de su pérdida. Una historia con final feliz.
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