Cumple sus últimas voluntades 19 años después de morir: su herencia de 634.000 euros irá a una residencia de ancianos

El vecino de Galdakao, Esteban Loroño Oleaga, falleció en 2005 y puso toda su herencia a disposición del Ayuntamiento de la localidad vizcaína: un terreno de casi 8.000 metros cuadrados en Olabarrieta, una casa, una lonja y un coche antiguo.En caso recuerda al de otra bilbaína que donó dos millones y medio de euros para becar a alumnos en recuerdo de su madre.

En total, la herencia de Loroño, que en vida fue propietario de un taller de reparación de coches en la curva Ibaizabal, ascendía a 634.000 euros, que este vecino tenía claro que debían servir para construir una residencia para mayores.

Han tenido que pasar 18 años para que se cumplan las últimas voluntades de Loroño, cuyo dinero se destinará a la reforma y ampliación de la residencia San Andrés del barrio de Zuazo.

El nuevo edificio llevará su nombre

Proyectos inacabados, la falta de consenso entre los albaceas de la familia y el Ayuntamiento habían hecho que la herencia de Loroño siguiera durante casi dos décadas guardada en un cajón.

Finalmente, la decisión de este vecino de que los bienes que logró en vida sirvieran para construir un nuevo equipamiento para la tercera edad se va a ver cumplido. La reforma de la residencia San Andrés costará alrededor de cuatro millones de euros, de los que 600.000 procederán de la herencia de Esteban Loroño.

Con ese dinero se contempla cambiar las ventanas, aislar térmicamente las instalaciones, transformar las actuales habitaciones dobles en individuales y equiparlas con baño adaptado. Además, se va a ampliar la residencia en 20 plazas, el nuevo edificio se llamará ‘Esteban Loroño Oleaga’ y se añadirá a la residencia actual.

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