{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
El último ataque de una manada de lobos en Álava ha dejado solo dos ovejas ilesas, de las 28 que conformaban el rebaño atacado en Kuartango: 8 ovejas muertas y 18 malheridas. Iker Aguirre, vicepresidente de UAGA-Unión Agroganadera de Álava, pone voz al hartazgo de los ganaderos que ven con impotencia como el lobo está matando a sus ovejas y “no se puede hacer nada”.
Los ataques obligan a estos profesionales a incrementar las horas de trabajo, a replantear la vigilancia y a sobrellevar la preocupación de no saber cómo van a encontrar sus animales cada mañana. “Laboralmente, es complicado, pero emocionalmente, para ellos está siendo durísimo”, admite Aguirre.
La convivencia entre el lobo y la ganadería extensiva se antoja imposible y el miedo se extiende por un sector que, más allá de ver peligrar sus rebaños, ve amenazada su forma de vida: “Más de uno, a pesar de contar con relevo generacional, admite que está desanimando a sus hijos a seguir en este mundo porque la perspectiva es muy negativa”, aseguran desde UAGA.
El lobo, sin ni siquiera saberlo, está acrecentando la brecha entre el mundo rural y el urbano en Álava, “mayoritariamente industrial, con trabajadores reclamando que no se excedan las horas de jornada, el derecho a la conciliación o el de desconectar, mientras que aquí la situación actual obliga a meter muchas más horas, a no desconectar y, por supuesto, a renunciar a dedicar tiempo a los tuyos”, denuncian.
Tras un año “bastante tranquilo” con apenas incidentes relacionados con los lobos, en las últimas semanas Aguirre admite que se están sucediendo una serie de ataques en los que además se percibe un cambio en el ‘modus operandi’ de los lobos: “Creemos que puede tratarse de alguna camada con lobos jóvenes” porque las mordeduras infligidas a las ovejas “están en lugares poco habituales si se tratara de lobos adultos con experiencia a la hora de cazar”. Será a principios de 2025, cuando se conozcan los datos del último conteo de ejemplares de lobo en la provincia.
En Álava la mayoría de los ataques se registran en zonas limítrofes de esta provincia vasca con Burgos, aunque también cerca del Gorbea ha habido casos. Las ovejas son para los lobos “la presa más fácil”, pero “a medida que vayan desapareciendo, atacarán al ganador mayor”, augura Aguirre, que ya relata episodios en los que potros y terneras han sido devorados por los lobos.
Desde UAGA llaman a ser realistas y a no “simplicarlo todo demasiado”. Así, reconocen que al lobo le rodea un halo de “especie icónica”, y se nos olvida que “sin la ganadería en extensivo nuestro entorno cambiaría y la biodiversidad peligraría”.
La solución, en opinión del vicepresidente de la Unión Agroganadera de Álava, pasa porque se reduzca la protección del lobo, lo que significa que se permita su caza “de forma ordenada”. Para ello, el Gobierno Central tendría que sacar al lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), donde lo incluyó en 2021, y el Ejecutivo autonómico debería hacer lo mismo sacándolo del catálogo vasco de especies amenazadas.
Desde UAGA se muestran cautelosos, porque a pesar de que la consejera de Alimentación Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, Amaia Barredo, se ha mostrado partidaria de "reconsiderar la protección del lobo a una categoría de menor protección, de cara a que estas explotaciones puedan tener medidas de control que les permita sobrevivir", lo cierto es que el Plan de Gestión del Lobo que se publicó el pasao 18 de septiembre, no les convence: "Este plan vuelve a abandonar a la ganadería extensiva" y "pone en riesgo a todo el sector ganadero y quesero", claman.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.