En cuestión de horas, Lur-1, el primer satélite 100% vasco, abandonará la Tierra para orbitarla a 515 kilómetros de altura. Lo hará acoplado al cohete Falcon 9, propiedad de la empresa Space X de Elon Musk, y junto a él viajarán al espacio otros 116 satélites. "Nosotros no tenemos control sobre el cohete, así que seremos meros espectadores", dice el ingeniero de AVS, Reiner Díaz de Cerio. Al menos hasta que hayan transcurrido los primeros 100 minutos, porque a partir de ese momento, Lur-1 se separará del cohete, "y 10 o 15 minutos más tarde, está previsto que tengamos el primer contacto y recibamos las primeras señales", detalla. Informan M. Larrinaga, J.A. Costa y Begoña Casal.
A muchos miles de kilómetros de allí, en el Parque Tecnológico de Álava, en Miñano, y en Elgoibar (Guipúzcoa) donde la empresa Added Value Solutions (AVS) tiene sus sedes, hoy se contiene la respiración. A las 20.20 horas de este viernes 16 de agosto de 2024, este microsatélite de 57 kilos será lanzado al espacio desde la base californiana de Vandenberg de la Fuerza Aérea, en la misión Transporter 11 de SpaceX. Con el lanzamiento de Lur-1, Euskadi se lanza a la carrera espacial.
En esta cuenta atrás resulta difícil contener los nervios, porque han sido más de tres años de trabajo para crear LUR-1, ser capaces de lanzarlo al espacio con éxito y que funcione. Una gesta que ha requerido de una inversión de ocho millones de euros, el 40% de financiación pública.
Lur-1 incorpora antenas de diversas bandas, un brazo desplegable y paneles solares. Además, tiene una cámara multiespectral de siete bandas en visible e infrarrojo cercano con una resolución GSD de 1,5 metros y también un experimento de Comunicaciones Cuánticas QKD.
El objetivo es que Lur-1 pueda hacer fotos de la Tierra "de metro y medio de resolución", que mejoran las actuales imágenes que se obtienen en abierto, permitiendo identificar coches o árboles. Las imágenes permitirán a "nuestros clientes monitorizar la línea de costa, los deltas de los ríos, pero también los bosques o los cultivos", explica este ingeniero AVS. Así, "tomaremos cada cuatro días imágenes del territorio vasco, porque aquí están nuestros principales clientes", añade. Esas imágenes y toda la información que aporten serán recibidas en la sede de la firma AVS en Álava gracias a una antena de 5,5 metros de diámetro. También aquí se ubicará la estación de seguimiento.
La vida útil de este satélite, que orbitará la Tierra a una velocidad de 7 kilómetros por segundo, será de cinco años, el tiempo que está previsto que dure la misión. Después, en AVS quieren evitar que Lur-1 engrose la lista de miles de dispositivos que inservibles se quedan flotando por el espacio. Para ello, en AVS trabajan para que dentro de un lustro otro satélite se acople a Lur y lo empuje a la atmósfera para que se desintegre.
AVS ya trabaja en la fabricación de dos satélites a petición de un cliente americano y que se lanzaran entre febrero y abril de 2025 y "demostrarán la capacidad de unirse en órbita" y otro satélite que está haciéndose en España y que se lanzará en septiembre de 2025.
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