“No queda nada”, dice Salma Solaun con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de París. La joven gimnasta vitoriana, que forma parte de la selección de España de gimnasia rítmica, confiesa que tras disputar la Copa del Mundo (donde lograron el oro en el ejercicio mixto), ahora sí empieza a estar nerviosa y eso que “competimos de las últimas”.
Su voz suena firme, tal vez porque, pese a su juventud, está más que acostumbrada a lidiar con la presión y también porque, según ella misma dice, “intento no pensarlo demasiado”.
En lugar de eso, esta deportista, que a sus 19 años debutará en unas olimpiadas, prefiere centrarse en entrenar. En la rutina diaria de la alavesa no hay espacio para distracciones. Estos días, previos a los Juegos, el ritmo se intensifica y entrena de 9 de la mañana a 13 horas, tras comer y un breve descanso, de nuevo al tapiz entre las 16 horas y las 19.30 horas.
Salma, acostumbrada a cosechar éxitos en la gimnasia rítmica, sueña “¿Por qué no con luchar por la medalla de oro?”, pero antes de eso, la deportista se muestra partidaria de ir paso a paso: “Nuestro objetivo es hacer dos ejercicios perfectos para luego hacer los otros dos en la final”. Es decir, el objetivo del equipo de gimnasia rítmica se resume en “hacer nuestro trabajo, hacer cuatro de cuatro”.
Con serias opciones de lograr medalla, la deportista alavesa cerraría un año brillante en el que además del oro de la Copa del Mundo, junto a sus compañeras de equipo han logrado un oro en el ejercicio mixto de cintas y pelotas, una plata con los cinco aros y un bronce en la clasificación general, en el Europeo de Budapest.
En 2020, tras entrenar desde los tres añitos en el 'Beti Aurrera' de Vitoria, Salma tomó una “dura decisión” que le iba a llevar a más de 300 kilómetros de su casa y de su familia. “Les echo de menos”, asegura, aunque sus compañeras de equipo, a las que siente como “mis hermanas” le hacen más llevadera la distancia.
“No puedo ir mucho a Vitoria”, reconoce, pero cuando viene “recargo pilas”. Salma añora “la tranquilidad” de la capital alavesa frente a un Madrid bullicioso en el que, desde los 15 años, reside en un centro de alto rendimiento: “Yo siempre he tenido libertad para elegir mi camino”, “mi familia es feliz si me ve a mi feliz”, puntualiza.
La gimnasta será una de las deportistas alavesas que compita en los Juegos Olímpicos de París, y admite que antes de cada competición "hago algún ritual", aunque "cada vez tengo menos manías". Por ejemplo, de camino al pabellón, Salma siempre viaja con los cascos puestos, escuchando algunas de sus canciones favoritas como ‘Hall of Fame’ de los irlandeses The Script. La letra de esta canción puede ser un buen augurio de lo que depare París al equipo español de gimnasia rítmica: “Puedes ser el mejor. No esperes suerte. Dedícate y podrás encontrarte”.
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