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Allí, donde no alcanzan los ojos de los socorristas en las playas, llega la Inteligencia Artificial (IA). Un sistema de cámaras y algoritmos de IA ayudan a hacer de los arenales lugares más seguros para los bañistas. Mediante las estaciones KOSTASystem, que combinan cámaras de vídeo y algoritmos de IA, se puede, por ejemplo, detectar y prever corrientes de resaca en el mar.
Esta tecnología, desarrollada por el centro tecnológico AZTI, "proporciona a los vigilantes de la playa la localización exacta de las corrientes peligrosas y predice los patrones de circulación mediante modelos numéricos”, explica Irati Epelde Pagola, experta en oceanografía de AZTI.
Hasta el momento, 35 sistemas de videometría “cuidan” de las costas españolas y francesas. En Euskadi, se probó por primera vez hace 11 años y, en este tiempo, se ha ido adaptando a los últimos avances tecnológicos y ampliando sus funciones. Una de las últimas es la de que todas las personas usuarias puedan consultar de manera gratuita, a través de la aplicación ‘Nik Hondartzak’, el nivel de ocupación de las playas antes de pisar la arena.
Además, este mismo verano, AZTI acaba de exportar este sistema de videometría a las costas canarias. Se trata de “un sistema de vigilancia de los litorales y arenales más eficiente y económico que otras técnicas tradicionales como la topografía”, explican desde AZTI.
La Inteligencia Artificial (IA) tan denostada, en ocasiones, se pone al servicio de hacer de la costa un espacio más seguro. ¿Cómo? Previniendo situaciones ambientales vinculadas al cambio climático, como el aumento del nivel del mar o fenómenos meteorológicos adversos. Para ello, el centro tecnológico Azti ha desarrollado este sistema de videometría que permite monitorizar los litorales mediante una tecnología que combina cámaras de vídeo y algoritmos de IA para el procesamiento de las imágenes.
Entre otros aspectos, la red de cámaras de KOSTASystem monitoriza las playas y evalúa cómo evoluciona la línea de costa y los cambios que se producen a lo largo del tiempo en la forma de la playa, la pérdida de espacio o la distribución de la arena. Se puede analizar, por ejemplo, “la evolución de las playas en respuesta a la subida del nivel del mar”, añade la experta de AZTI.
El sistema vigila además en tiempo real el impacto de las olas y sus efectos tanto en puertos como en otras infraestructuras costeras, como los paseos marítimos. A ello se une la monitorización de la dinámica de la costa en relación con la recogida de basuras marinas, aportando conclusiones sobre los efectos de estas acciones medioambientales en los litorales.
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