Álex, el vasco repatriado tras enfermar en Tailandia, ya está en casa: "La vida me ha dado otra oportunidad"

 “La última semana en Bangkok pensé que me moría”, admite Álex, el ciudadano vasco que tuvo que ser repatriado en abril de Tailandia tras sufrir una pancreatitis aguda. Este mismo martes, tras cuatro meses fuera de casa, por fin Álex regresó a Lasarte. Allí le esperaban sus hijos y su mujer: “Venía nervioso”, reconoce.

Cuando supo que le daban el alta en el hospital de Cruces(Barakaldo, Vizcaya), Álex llamó a su hermano para que le llevara de vuelta a la casa de la que salió en febrero, para pasar 10 días en Tailandia, y a la que temió no poder volver nunca más. Lo ha hecho cuatro meses más tarde y con una historia para contar a sus nietos. "Casi me pongo a llorar al darle la vuelta a la llave", admite.

De su casa echaba de menos muchas cosas, pero lo que más le apetecía era retomar la costumbre de sentarse en la terraza después de cenar y mirar al cielo, "vivimos en el monte y si está despejado se ven las estrellas", ayer cuando todos se metieron a la cama Álex se sentó a contemplarlas.

Ha pasado "buena noche" y, ya esta mañana, los txikis no le han dado tregua, porque "se piensan que es como antes, pero no tengo fuerzas para levantar ni al pequeño". "Aita, aita" se escucha de fondo mientras atiende por teléfono a la web de Informativos Telecinco.

Álex regresa con 30 kilos menos, "antes usaba una XL y ahora si me apuras entro en una S", mucho más débil físicamente, pero consciente de que “la vida me ha dado otra oportunidad” y dispuesto a no desperdiciarla. "He sufrido tanto que, mentalmente, creo que me he hecho más fuerte", dice.

Vacaciones de pesadilla

Ahora toca recuperarse, “comer bien, salir a pasear”, pero “poco a poco”, sin prisa. Álex sabe que cuenta con el apoyo incondicional de su familia, sus amigos y sus vecinos, que “ayer al verme llegar me dijeron que estaban aquí para lo que necesitara”.

Fuera del hospital, comienza una nueva etapa en su recuperación en la que es el personal sanitario de Osakidetza el que se desplaza a su domicilio para hacerle las curas y el seguimiento. La gravedad de la pancreatitis que ha sufrido Álex y que comenzó con “un dolor insoportable”, casi le cuesta la vida. Ahora, tras casi dos meses ingresado en Cruces y ya con el alta médica “el páncreas debe ir curando solo, pero no de ser así tendrán que operarme”. Lo que es seguro es que una vez que se encuentre más recuperado deberá pasar por quirófano “porque tengo piedras en la vesícula”.

Su viaje de vacaciones a Tailandia, el pasado mes de febrero, junto a su pareja Usoa se convirtió en un infierno del que el vasco apenas guarda recuerdos. Sí recuerda, sin embargo, los dos intentos infructuosos de repatriarle a España y que vivió con “mucha frustración”.

Pero eso es ya cosa del pasado, el presente de Álex está aquí, en Lasarte, en su casa y junto a su mujer y sus hijos que tanto le han echado de menos.

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