Así se prueba la eficacia de los insecticidas y repelentes contra mosquitos tigre y otros insectos en un laboratorio

El “continuo transporte de mercancías y personas”, consecuencia de la globalización, y el cambio climático, estarían detrás de la llegada de nuevas especies de insectos y del aumento de su población entre nosotros, es decir, se reproducen más rápido ante las temperaturas cada vez más altas. Sin embargo, en algunos lugares como en Cataluña, la sequía ha reducido la presencia de mosquitos.

El uso de insecticidas y de repelentes es una de las bazas que tenemos los humanos para evitar el ataque de estos insectos, sobre todo en verano. Pero para que podamos comprar cualquiera de ellos, estos productos han tenido que ser testados por profesionales en un laboratorio.

Entramos en el laboratorio de Bioeficiencia de Tecnalia, en Guipúzcoa. Allí, Irene Amiano es la responsable de evaluar la eficacia de productos insecticidas y repelentes de la industria química y farmacéutica, “para ayudarles a registrarlos y comercializarlos”.

El mosquito tigre es "la estrella"

Aquí trabajan con cuatro especies de mosquitos: el mosquito tigre “que es la estrella”, Aedes aegypti que es “una especie peligrosa” posible transmisora del dengue o la fiebre amarilla y cuya presencia no se ha detectado aún en la península, pero sí en las islas Canarias. Anopheles gambiae o mosquito de la malaria y el mosquito común.

En este laboratorio guipuzcoano hacen ensayos utilizando sus propias colonias de mosquitos. La cría se basa “en tener una jaula específica, se les proporciona sangre de manera artificial, las hembras ponen huevos y eclosionan en el agua y salen las larvas”, explica. Una vez se hacen adultos, “se separa a las hembras para los ensayos de evaluación”.

Irene analiza hoy la eficacia de un repelente para mosquitos. El ensayo consiste en introducir la mano derecha sin tratar en la jaula de cristal con los insectos durante tres minutos y contar los mosquitos que se posan, luego se repite el proceso, pero con el brazo tratado con el repelente y tres minutos contando los posados. Se calcula el porcentaje y se repite cada hora para establecer tiempo de funcionamiento del producto. “El fabricante quiere que su producto ofrezca el mayor tiempo de protección completa posible”, ahí está la batalla servida. “Yo recomendaría los repelentes con base en principios activos DEET o Citrodiol y con una concentración a partir del 20 o 30 por ciento”, aconseja esta profesional.

Las garrapatas o las chinches de la cama son otras de las especies habituales de este laboratorio. Eso sí, Irene deja claro que las garrapatas son arácnidos, no un insecto, les gustan las altas temperaturas, se reproducen más fácil y los últimos años, debido a mayor presencia de parques urbanos, de ratones y aumento de mascotas, las poblaciones han aumentado mucho. El riesgo es que pueden transmitir enfermedades, algunas leves u otras peligrosas, como parálisis cerebral.

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