Ofrecía reformas integrales a un precio muy económico, enviaba al domicilio a supuestos obreros que tiraban tabiques, picaban suelos y lo que fuera necesario para aparentar que la obra era real. Después pedía un adelanto a los clientes y desaparecía.
Un 'modus operandi' que le ha acarreado varias condenas que suman más de 30 años de cárcel y por el que ahora se vuelve a sentar en el banquillo de los acusados en Guipúzcoa. Esta estafa no es tan infrecuente, en Galicia una mujer contrató a unos obreros que le tiraron la casa abajo y huyeron con el dinero.
Le juzgan por estafar a 28 personas, todas ellas de la provincia, salvo una de ellas que procede de Bilbao. La Fiscalía de Gipuzkoa pide para el conocido como el ‘chapuzas’ una pena de siete años de prisión por un delito continuado de estafa, por el que se calcula que se hizo con 260.000 euros.
Según publica El Diario Vasco, este viejo conocido de la justicia anunciaba sus servicios mediante panfletos que buzoneaba en las casas. En los anuncios ofrecía reformas integrales a 18.500 euros y les exigía el pago de una parte del coste presupuestado al inicio de la obra. Tras simular que empezaban a trabajar, les pedía adelantos y una vez conseguía el dinero desaparecía dejando las casas inhabitables.
Junto al ‘chapuzas’ en el banquillo se sienta una mujer y dos hombres que participaron en una o varias falsas reformas junto al principal acusado.
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