Hasta 225.000 euros de sanción por volar drones sin permiso en San Sebastián

San Sebastián es seleccionada con frecuencia entre las ciudades más bellas del mundo, por eso quienes la visitan difícilmente se resisten a la tentación de inmortalizar este o aquel rincón con sus cámaras fotográficas, sus móviles e, incluso, captando imágenes aéreas con drones.

Claro que esta última opción puede salirnos cara y es que antes de que un vehículo aéreo no tripulado alce el vuelo necesita los correspondientes permisos si no se quiere uno enfrentar a una sanción que puede alcanzar los 225.000 euros.

El uso de los drones está cada vez más regulado y es especialmente vigilado en zonas habitadas, pero es que se da la circunstancia de que Donostia se encuentra en una zona de influencia aeroportuaria, lo que hace que todos los vuelos de dron deban estar controlados y registrados por ENAIRE, el gestor de navegación aérea de España. Además, hay que comunicar el vuelo a la Consejería de Seguridad del Gobierno Vasco, obtener el permiso del ayuntamiento y coordinarse con la Guardia Municipal.

Prohibido volar sobre gente

El Ayuntamiento donostiarra gestionó el año pasado un total de 46 peticiones profesionales para volar y la Guardia Municipal interceptó 10 drones sin permiso de vuelo, aunque la cifra real de vuelos no comunicados es mayor, pero la dificultad para interceptarlos hace que algunas infracciones queden sin sanción.

Las multas por volar un dron sin permiso, las pone la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), después de ser propuestas por la Guardia Municipal. Las sanciones oscilan entre los 60 euros y los 225.000 en caso de ser un vuelo para uso recreativo, o desde los 4.500 euros y hasta cifras más elevadas de los 225.000 euros citados cuando se trata de obtener imágenes para uso profesional.

Para poder volar un dron en la capital guipuzcoana, tanto si es de forma recreativa como profesional, es necesario tener una autorización y cumplir una serie de requisitos: la persona que maneja el dron debe estar registrada como operadora en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), contar con una formación y un seguro obligatorio de responsabilidad civil, no pueden superar los 120 metros de altura ni los 50 metros de distancia horizontal y no pueden volar sobre la gente.

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