Graban con un móvil a un estudiante a través de un agujero en la pared de los baños de la facultad de Bellas Artes en Leioa

La captación de imágenes íntimas en el interior de baños públicos es una noticia recurrente en los últimos años y que tiene los teléfonos móviles como herramienta del delito y como escenario, desde los servicios de un bar, a los de un aeropuerto, los del colegio o la universidad. Precisamente, este es el lugar donde ha ocurrido el último caso conocido en Euskadi sobre esta práctica delictiva.

Un alumno de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) descubrió mientras estaba en el interior de un baño de la facultad de Bellas Artes del campus vizcaíno de Leioa que alguien le grababa a través de un pequeño agujero abierto en la pared que separa los urinarios. El investigado por estos hechos se enfrentaría a un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

Hace ocho días, el pasado jueves, el joven estudiante al salir de clase había entrado en los baños masculinos y estaba con la puerta cerrada con pestillo cuando notó que alguien, al otro lado de la pared de madera, le grababa con un teléfono móvil. Según informa El Correo, tan rápido como se dio cuenta, salió del urinario y llamó a la Ertzaintza para denunciar lo ocurrido.

Los agentes que se desplazaron hasta la facultad de Bellas Artes comprobaron que, efectivamente, en el medianil de madera que separa los baños había un agujero, seguramente practicado con alguna especie de taladro. Identificaron al sospechoso y requisaron el teléfono móvil.

Los investigadores se centran ahora en analizar el contenido del dispositivo móvil para determinar si el investigado efectivamente grabó al alumno mientras hacía sus necesidades en interior del baño y si pudiera haber más víctimas.

Agresión en el vestuario

Los baños y los vestuarios se convierten, en ocasiones, en escenario de delitos como el que ocurrió el pasado 16 de abril, cuando un menor de 13 años denunció ante la Ertzaintza haber sufrido una agresión sexual en los vestuarios del polideportivo Bidebieta de San Sebastián. El agresor, un hombre de 62 años y nacionalidad francesa, fue detenido este pasado lunes en las inmediaciones de otras instalaciones deportivas de Donostia, en este caso del polideportivo de Altza y el juez ha decretado su ingreso en prisión.

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