Este 11 de marzo se celebra el Día Mundial del Parkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente tras la enfermedad de Alzheimer y que, en Euskadi, se le diagnostica cada año a 400 personas. La incidencia del párkinson está aumentando en los últimos años y es ya “la enfermedad neurodegenerativa que más crece”, explica la neuróloga Mari Cruz Rodríguez. Además, el 40% de las personas con párkinson sufre depresión, según los neurólogos.
Se trata de un trastorno del movimiento que se desencadena cuando las neuronas no producen suficiente cantidad de dopamina. El temblor, la torpeza y la rigidez son consecuencias de esa pérdida de dopamina y son los síntomas que permiten a expertos, como Mari Cruz Rodríguez Oroz, diagnosticar esta dolencia.
“Sabemos que el diagnóstico de la enfermedad no requiere de los tres síntomas”, explica Rodríguez, aunque “la torpeza, sí o sí, debe estar presente para este diagnóstico y luego una de las otras dos, o ambas: temblor o rigidez”.
La enfermedad de Parkinson, que fue descrita en 1817 por James Parkinson, afecta más a hombres que a mujeres, a diferencia del Alzheimer con mayor prevalencia en mujeres, y es más frecuente que se manifieste alrededor de los 62 años, pero “ser más joven no te excluye de padecer párkinson”.
La causa de la enfermedad se desconoce y ahí se centran muchas de las investigaciones en marcha, aunque “probablemente, el origen son muchas causas diferentes”, explica Federico Soria, investigador del centro Achucarro. La mayoría de los casos que se diagnostican de esta enfermedad son los llamados ‘esporádicos’, se da “sin ninguna causa aparente”. Solo una minoría padece ‘párkinson familiar’, es decir, provocado por factores genéticos.
En el centro Achucarro se investigan las causas para tratar de atajar la enfermedad antes de que se manifiesten los primeros síntomas porque cuando el paciente ya tiene temblores o problemas de sueño es “muy tarde” y solo se puede tratar “con tratamientos paliativos”.
Las neuronas que se mueren en el Parkinson son “neuronas marrones”, con una alta concentración de melanina, explica Soria. De ahí, que hace dos años en el centro Achucarro comenzarán un proyecto para tratar de estudiar en ratones cuando va a comenzar la enfermedad de forma temprana. “En los modelos animales no tenemos esas neuronas marrones y estamos tratando de modelar en ratones ese ‘enmarronecimiento’ de neuronas”, explica este investigador.
Soria se muestra confiado en que los estudios que se están desarrollando, junto a los avances con células humanas y la Inteligencia Artificial, “será clave para encontrar algo significativo en el futuro”.
El Departamento de Salud del Gobierno vasco ha anunciado que se instalará en el hospital de Cruces (Barakaldo, Bizkaia) el primer Equipo de Ultrasonido de Alta Intensidad (HIFU) con el que contará Euskadi para el tratamiento de enfermedades con trastornos del movimiento.
Una técnica que ya emplean en la Clínica Universidad de Navarra, donde trabaja la neuróloga Mari Cruz Rodríguez Oroz. "Es un tratamiento sin incisión y se realiza sin tener que abrir el cráneo ni el cuero cabelludo", explica. Se trata de una técnica poco invasiva por la que se altera-modifica selectivamente estructuras neurológicas situadas en la profundidad del cerebro sin tener que realizar ningún corte ni en la piel, hueso ni cerebro.
La tecnología HIFU implica aplicar al paciente ultrasonidos (similares a los utilizados para realizar una ecografía habitual) pero de muy alta intensidad y muy localizados en una pequeña diana dentro del cerebro. Este tratamiento, en el que participan principalmente neurólogos, neurocirujanos, y neuroradiólogos, se realiza en la Resonancia Magnética y el paciente permanece despierto durante todo el procedimiento.
Con una inversión que supera los 10 millones de euros, el equipamiento se instalará en el Hospital Universitario Cruces, uno de los pocos centros del Estado que dispondrá del equipamiento tecnológico HIFU y que dispone ya del equipo médico capacitado para su utilización. La Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Universitario Cruces, en funcionamiento desde hace más de 20 años e integrada por neurólogos, neurocirujanos, neurofisiólogolos y neuradiólogos, es uno de los pocos Centros de Referencia acreditados por el Sistema Nacional de Salud (CSUR) para el tratamiento quirúrgico de la enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento complejos.
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