Asun Casasola, madre de Nagore Laffage, asesinada en Sanfermines: "El mundo tiene que saber lo que pasó y que no haya más 'Nagores'"

José Diego Yllanes, autor de la muerte de Nagore Laffage durante los Sanfermines de 2008, quiere hacer borrón y cuenta nueva. Pidió a Google que se borrarán del buscador las noticias relacionadas con el homicidio de la joven irundarra, por el que fue condenado a 12 años y medio de prisión. Recibió un no por respuesta.

Tocó después a la puerta de la Audiencia Nacional solicitando el derecho al olvido, alegando que no cometió un delito sexual y que los medios de comunicación le vinculan a la agresión sexual que trató de cometer, y de nuevo, el Alto Tribunal ha rechazado tal posibilidad.

La madre de Nagore, que desconocía que Yllanes había hecho tal solicitud, confiesa que se sintió “sorprendida” cuando una amiga se lo contó. “Yo exijo el derecho a la memoria histórica”, exclama.

"El mundo tiene que saberlo"

Asun revela que siempre ha esperado que Yllanes “me mande una carta diciéndome que siente lo que le hizo a mi hija” y para su asombro, no solo nunca se ha puesto en contacto con ella, sino que además está pidiendo que se olvide lo que ocurrió. “Él pidiendo el olvido y yo, esperando, que se arrepienta”, se duele.

Para esta madre, José Diego Yllanes “será siempre un asesino” y “el mundo tiene que saberlo”, por eso, de haberle concedido el derecho al olvido, “hubiera sido como un pasito más para quitarnos de la memoria a Nagore”. En este sentido, Asun se muestra firme en que “el mundo tiene que saber lo que pasó para que no haya más nagores”.

Convencida de que “no se ha arrepentido de lo que le hizo a mi hija”, Asun no logra entender “la cabeza de ese chico” que fue capaz de “darle a Nagore 36 golpes, romperle el cráneo y siendo médico, no llevarla a un hospital, sino pedirle ayuda a un amigo para deshacerse de ella en el monte”.

Los hechos ocurrieron en sanfermines de 2008, el psiquiatra José Diego Yllanes Vizcay intentó violar a Nagore Laffage, que trabajaba como enfermera. Ella se resistió, él le dio una paliza hasta matarla y luego trató de descuartizarla. Fue condenado por homicidio a una pena de 12 años y seis meses de cárcel. Tras salir en libertad condicional en 2018, ahora ha pretendido hacer borrón de su pasado. La Audiencia Nacional le ha negado el derecho al olvido, ese contra el que Asun Casasola lucha desde que le arrebataron a su hija. Lo hace contando lo que le pasó a su hija en centros educativos y charlas allá donde la llaman. Ella no olvida.

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