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El vertedero de Zaldibar, en el límite en Bizkaia y Gipuzkoa, se convirtió el 6 de febrero de 2020 en la tumba de dos de sus trabajadores, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, cuyo cuerpo no pudo ser encontrado tras ser sepultado por toneladas de basura en un derrumbe que ha sacado al descubierto que, entre otras cosas, en Zaldibar se almacenaban 13,3 toneladas de residuos peligrosos sin licencia para ello.
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), en una sentencia fechada el 13 de julio de 2023, confirma la multa de 100.000 euros que el Gobierno vasco impuso a la empresa Verter Recycling al poco de producirse el derrumbe en 2020. Según la sentencia, era una "práctica habitual" la entrada de desechos no autorizados y potencialmente tóxicos.
Al menos fueron 8.560 kilos de residuos electrónicos o eléctricos en 2018 y 4.820 kilos en 2019, para los que no se tenía autorización, los que se almacenaron en el vertedero que solo tenía permiso para desechos no peligrosos.
La empresa Verter Recycling presentó un recurso al expediente sancionador que le impuso el Gobierno vasco tras el derrumbe porque no había incumplido la normativa de la Ley de Prevención y Control Integrados de la Contaminación. Calificaron de “poco relevantes” los incumplimientos detectados por el Gobierno vasco, aunque reconoció que no comunicó de forma oficial que acumulaba residuos no autorizados. Ahora este fallo resuelve contra ese recurso y confirma que deben pagar la sanción que asciende a 100.000 euros.
El 6 de febrero de 2020, a primera hora de la tarde, el vertedero de Zaldibar colapsó provocando un desastre medioambiental y ocasionando la muerte de dos trabajadores que quedaron sepultados por más de 800.000 metros cúbicos de basura y tierra. Aunque inicialmente el Gobierno vasco negó que hubiera sustancias peligrosas acumuladas en el vertedero, finalmente, confirmó que había desechos no autorizados, entre ellos amianto y residuos eléctricos y electrónicos.
En mayo de 2021, tras 463 días desde del derrumbe del vertedero y la movilización de 700.000 metros cúbicos de residuos, el Gobierno vasco dio por concluida la búsqueda del cuerpo de Joaquín Beltrán. Los restos de su compañero Alberto Sololuze, sepultado igual que él durante el derrumbe, fueron localizados en agosto de 2020.
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